Liga BBVA | Racing de Santander
Tchité no acata el banquillo y al club le cansa su apatía
Se entrena mal pero jugará más para intentar venderlo.
La historia entre Muñiz y Tchité no ha sido precisamente idílica desde que comenzó el pasado verano, pero todo apunta al divorcio cuando acabe esta temporada. El burundés, simpático y agradable como pocos, ya no hace tanta gracia en las oficinas del Racing, ni al cuerpo técnico ni tampoco a muchos jugadores, porque su actitud no es lo que necesita ahora el equipo. Memé regresó hace dos jornadas en Gijón tras una larga lesión de rodilla y este fin de semana, en la previa ante el Betis, irrumpió en la tranquilidad del club con unas declaraciones en AS que no gustaron nada: "Desde el banquillo no puedo marcar", dijo.
La opinión generalizada es que éste no es el momento de pensar de forma individual, máxime cuando en su puesto juega Zigic, que está rindiendo mejor que ningún delantero en Europa. Pinillos antes, Colsa ahora y Luccin durante muchas jornadas fueron suplentes y nunca alzaron la voz. Y siempre trabajaron con la misma intensidad. Algo de lo que no puede presumir Tchité.
Sin ir más lejos, el pasado lunes, Muñiz le pidió desesperado que se entrenara con más intensidad. Pero esto no es algo nuevo. El técnico siempre está muy encima de él para que trabaje como quiere, algo que ya hacía Marcelino, pero Memé va a su ritmo, como si fuera Romario. El cariño que le profesa la grada cántabra y su hat-trick salvador en Mestalla le han servido de colchón, pero actuaciones apáticas como las que tuvo frente al Madrid en el Bernabéu o contra el Barça en casa pesan demasiado.
Tchité terminó de explotar el domingo cuando, tras calentar todo el segundo tiempo, no jugó ni un minuto con el resultado en contra. El ariete se marchó al vestuario jurando en arameo y abandonó El Sardinero con un enfado brutal. Si a eso unimos que su vida personal no es lo estable que a él le gustaría (ya viajó hace dos semanas con Pernía a Madrid para solucionar algun tema pendiente), que su salario de este año tampoco le convence (por lo que se ha quejado) y que sólo lleva seis goles esta temporada (su último tanto fue en el Calderón el 30 de noviembre de penalti), su tristeza es patente. Gozará de más oportunidades muy pronto. No por sus méritos, sino para encontrarle novia pronto.
Habrá que fichar a tres arietes
No conviene levantar la vista más allá de la próxima jornada pero este verano habrá mucho trabajo para el club. Todo hace indicar que Pereira regresará al Villarreal tras su año de cesión, algo que también ocurrirá con Zigic (al Valencia). Si a eso unimos que el cuerpo técnico deberá examinar con lupa a Iván Bolado cuando regrese de su mili en Elche, que no se cuenta con Smolarek, que a Juanjo no lo quiere la grada y que, por último, se vería con buenos ojos la salida de Tchité (el club aceptaría su venta sin pensarlo para hacer caja); habría que fichar a tres delanteros. Ya hay candidatos.