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Internacional | Argentina

"Soy maradoniano y algo bilardista y menottista"

La Argentina de Maradona ha sufrido una derrota escandalosa ante Bolivia en las eliminatorias para el Mundial 2010. Diego ha instaurado sus rituales y su libreto futbolístico, pero Argentina cuestiona su catecismo.

<b>BATACAZO. </b>Maradona, en el estadio Hernando Siles de La Paz, donde Argentina perdió por 6-1 hace casi dos semanas.

Glasgow, 2008, 19 de noviembre. El Diego seleccionador sigue siendo el charlatán que rellenaba la camiseta número 10 de Argentina generosamente. Aconseja y mira a los ojos a los jugadores. Les envidia y eso les dijo antes del debut con Escocia: "¡No saben cómo les envidio! Ser jugador de fútbol es un placer. Es el trabajo más lindo del mundo, es darle alegría a la gente, es tirar un caño, un sombrero, hacer un gol, vestir la albiceleste". Maradona madrugó la salida del vestuario de Hampden Park a sus jugadores y les esperó en el túnel. Allí se abrazó a todos y con especial énfasis a Messi y Mascherano. "Debes acostumbrarte a que te habla Maradona, el más grande", advierte Mascherano.

Marsella, 2009, 11 de febrero. Comienza el calentamiento en el Velodrome de Marsella y Maradona vomita órdenes a sus ayudantes Lemme y Mancuso, que las racionan al equipo. Para el público no existen Messi ni Benzema. Maradona, que prefiere chándal a traje, es la estrella. El Pelusa coqueteó con el OM tras irse de Nápoles y la hinchada de La Curva lo elevó a los altares, hasta Manu Chao le escribió La vida tómbola.

En el vestuario varios carteles elevan el espíritu de la tropa. Maradona se inspira en las palabras con las que Basile salpicó a los jugadores en su adiós. 'Acá nadie viene a cumplir', 'Sólo es titular la camiseta'. "Yo tuve dos grandes motivadores: Menotti y Bilardo. Me gustaba salir del vestuario con el cuchillo entre los dientes", puntualiza.

El Maradona técnico, con un sospechoso balance previo (23 partidos, 3 victorias, 12 empates y 8 derrotas), tiene un libreto futbolístico "25% menottista, 25% bilardista y 50 % maradoniano". Lo primero que hizo fue una declaración de principios: "Argentina será Mascherano y diez más". Antes habló con Zanetti, al que privó del brazalete. Luego habló de su sucesor: "Argentina no será el Deportivo Messi".

Flexible tácticamente, ante Venezuela (4-0) jugó con tres atrás. En Bolivia (6-1) recuperó la misma línea de cuatro que jugó ante Escocia y Francia: Zanetti, Demichelis, Heinze y Papa. Gago y Mascherano blindan la medular. Arriba Messi no se discute y Tévez alterna con Agüero.

Las charlas de fútbol tras las cenas se demoran más de dos horas. Y la noche previa al choque sube a las habitaciones para hablar con cada jugador, sea suplente o titular. Diego lo supervisa todo. Fillol se ofreció como entrenador de porteros y Diego respondió: "¿Quién mejor que yo para enseñar a un portero Pato?".

Ante Bolivia recuperó los carteles: "A la altura hay que enfrentarla, gambetearla y hacerle goles". No sirvió. Su relación con Bilardo se ha enfriado, pero Diego confesó tras el 6-1: "Bilardo me dijo: 'Te iba a pasar'. Espero que no se repita". El Pelusa quiere a su lado a Ruggeri, más experimentado que Lemme y Mancuso, pero El Cabezón es enemigo de Julio Grondona. Como venganza Diego ha vetado a Humbertito Grondona. El sidieguiesmo que rodea a Maradona no le sacará del entuerto esta vez. Dios está en un aprieto: los fieles cuestionan su catecismo.