El equipo regresó con la moral por los suelos

El Celta se encuentra en el peor momento anímico de la temporada. Cinco puntos de 36 posibles son una losa demasiado pesada para la moral celeste y todos los estamentos del club arrastran con dificultad esa pesada carga.

El varapalo en Salamanca fue posiblemente el mayor en el aspecto anímico. A la capital charra se desplazó la plana mayor de la directiva celeste. Allí estaban, entre otros, el presidente Carlos Mouri el director general, Antonio Chaves; y el director deportivo, Ramón Martínez.

Al finalizar el encuentro y consumarse el duodécimo partido consecutivo sin sumar una victoria, los rostros de los directivos reflejaban el disgusto y la presión que están soportando. Apenas una palabra salió de la boca de los dirigentes célticos. En el caso de Salamanca, además, la derrota tuvo el agravante de la decepción de la afición (hubo casi mil célticos en la grada del Helmántico), a la que no se le pudo brindar un triunfo.

¿Cuál es el motivo de esta interminable racha negativa? Noguerol lo achaca a motivos psicológicos. "Nos está fallando el coco", dice el central.

"En esta situación hasta se hace difícil hablar"

No sólo la directiva sufrió los efectos de esta nueva derrota, también la plantilla y el cuerpo técnico tienen la moral muy tocada. Eusebio empieza a desesperarse porque su primera victoria como entrenador del Celta no llega y las expectativas que creó a su llegada comienzan a desvanecerse. En cuanto a la plantilla, Noguerol, uno de los veteranos, era la viva imagen de la desesperación. Circunspecto, serio y triste, el central explicaba sus sensaciones: "Es complicado, estamos en una situación muy dura y ya hasta se hace difícil hablar. Llevamos cinco puntos de 36, poco más puedo decir. No sabemos encajar los golpes, no sabemos ser rácanos y nos bloqueamos en los partidos. El vestuario está tocado, pero relativamente entero".