Liga BBVA | Atlético 2 - Osasuna 4
Masoud deja en ridículo al Atleti
Fantástico Osasuna, que sale del descenso. El iraní se exhibió e hizo un golazo. Doblete de Pandiani. Cantó la zaga local Sólo Forlán y Simao cumplieron
Era el Día del Niño en el Calderón y la grada estaba llena de padres felices: sol, vacaciones escolares, un rival aparentemente inferior, el Villarreal a tiro, Agüero y Forlán sobre el césped y sus hijos de la mano. Una tarde perfecta para reforzar el vínculo de los pequeños con su equipo, para evitar el dichoso "papá, ¿por qué somos del Atleti?". Dos horas después, los progenitores no encontraban ninguna respuesta a esa maldita pregunta. Mientras abandonaban el estadio en silencio, los niños les pedían una camiseta de Masoud.
Aparte de diezmar a la próxima generación de aficionados rojiblancos, Osasuna dio una lección ética a su rival. Los rojillos, con un buen puñado de futbolistas de primer nivel, se encontraron metidos en un lío, el del descenso, para el que no estaban preparados. Pero han salido del abismo a base de fe en sus cualidades, sin olvidar nunca que el buen juego es el camino más seguro hacia el triunfo y que todos los rivales, sean de tu liga o no, merecen igual atención y concentración. Así, mientras el Atleti despreciaba el balón confiado en que su teórica superioridad acabaría decidiendo en cualquier acción puntual, Osasuna tocaba y elaboraba buscando con sentido el gol. Y encontró cuatro. Justicia, lo llaman algunos.
Y como pasa casi siempre con los del Manzanares, bastaron 10 minutos para saber cómo iba a acabar la película. A los 6', Masoud cabeceó al larguero mientras los defensas miraban plácidamente. A los 7', Pandiani cabeceó a la red mientras los defensas miraban plácidamente. Axioma: uno siempre puede confiar en la zaga del Atleti siempre que no sea del Atleti. En el gol, Nekounam sacó rápidamente una falta lateral pillando al Atleti mirando a las musarañas. Tal vez, y es mucho aventurar, Pandiani tuviera dos centímetros de frente en fuera de juego, pero no es excusa porque a un equipo profesional no le pueden cazar una y otra vez en este tipo de acciones en las que el Atleti es un chollo. Pregúntenle a Messi...
Por fortuna para los de Abel, Forlán va con ellos y ha adquirido la admirable costumbre de levantarles él solito del suelo cada vez que les golpean. Lo hizo ante el Barça y el Villarreal y repitió ayer, cuando empató poco después con un gol marca de la casa: disparo con la izquierda desde fuera del área, raso y colocado. Los centrales de Osasuna cometieron su único error de la tarde regalándole un metro y dos segundos al uruguayo, al que le bastan 20 centímetros y cinco décimas. Partido nuevo. O no.
Porque los locales volvieron a cederle la iniciativa a Osasuna, donde Nekounam volvió a evidenciar que en los partidos del Atleti el mejor centrocampista siempre juega en el rival. El iraní mandó sobrado con la ayuda inestimable de Plasil (una especie de Maniche civilizado), Juanfran y su compatriota Masoud, un futbolista diferente, que juega lento, pero piensa rápido y al que nada le parece demasiado enrevesado porque, casi siempre, encuentra soluciones en su chistera.
La clave. Pese a todo, el Atleti amenazaba a la contra y se mantuvo vivo hasta que Ujfalusi se contagió de la verbena que le rodea y se lió a la hora de despejar un córner, permitiendo que Vadocz marcara a placer. Era el minuto 44 y, justo después, Teixeira no pitó un penaltito de Azpilicueta a Agüero. Tras este doble golpe justo antes del descanso, Osasuna ya nunca miró atrás.
Nada más volver del vestuario, Pandiani, solo, solito, solo en el punto de penalti, dio la puntilla tras una triangulación perfecta entre Masoud y Plasil, que desmontaron con dos toques a la defensa del Atleti. A partir de ahí, sólo la insistencia loable de Simao hizo soñar al Calderón con una nueva remontada. Escasos argumentos que desmontó Masoud con un golazo tras juguetear con el pobre Pablo, al que recortó tres veces antes de fusilar a Leo. El iraní acabó ovacionado por la grada.
El 2-4 de Pablo fue una anécdota y Osasuna ni sufrió. Abel dijo en su día que su trabajo estaba siendo muy bueno. Cuestión de opiniones, supongo, pero el hecho es que la Champions se complica por momentos. El trabajo indiscutiblemente bueno es el de Camacho, pero el no lo dice; ya lo dicen los puntos.
El detalle: Homenaje para el Juvenil
Minutos antes del partido, la plantilla al completo del Juvenil A rojiblanco saltó al césped para dedicar a la afición el título de liga de División de Honor del grupo 5 conseguido. Los pupilos de Antonio Rivas fueron correspondidos por el público del Calderón, que homenajeó a las promesas rojiblancas con una ovación. Fue la única nota positiva de una tarde aciaga.