NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Liga Adelante | Las Palmas

Pablo ejerce de amuleto: si marca no hay derrotas

Nombre propio de la Unión Deportiva en el comienzo de abril. Por su acierto y hombría. Jugó con el pie ardiendo frente al Castellón, como ya antes había resistido con el Alavés, y resultó providencial. No es noticia. Siempre que hubo celebraciones suyas también fueron colectivas.

Ignacio S. Acedo
<b>AGRADECIDO A SU VALEDOR. </b>Pablo no dudó en dar un abrazo a Vidales tras anotar ante el Castellón. Está en Las Palmas gracias a él.

Pablo Sánchez jugó infiltrado frente al Castellón. Venía de estar casi un mes metido en la enfermería por la fractura de un dedo en su pie izquierdo y aún arrastraba incomodidades tangibles. Se había lastimado ante el Alavés y, entonces, aguantó el dolor sin pedir el cambio. Privilegió el bien colectivo a su salud. Pablo honra el escudo con comportamientos ejemplares. También con un oportunismo casi al nivel de Márquez. Desde que estaba en rehabilitación no ganaba Las Palmas. En su reaparición acompañó todo. Ofreció regate, velocidad y un gol de pillo, a la vez fundamental en la suerte del partido. Marcó y hubo triunfo. Pero el gaditano ya se ha habituado a la moda de ser protagonista feliz cada vez que la emboca. Sus cinco goles con la Unión Deportiva han servido siempre para sumar. Cuando hay acierto con su rúbrica, se excluye la posibilidad de derrota. Así lo dice hasta ahora la estadística. Anotó ante el Girona en el Gran Canaria (2-2), en la visita a Ipurua (1-2), frente al Alicante en el Rico Pérez (1-2), en Vallecas (1-1) y, ya por último, en la final más reciente rivalizando con el Castellón (1-0). Once puntos que figuran en el casillero por incidencia directa suya. Ya ha igualado su registro goleador del año pasado con el Sevilla Atlético y anuncia más. Un fichaje que se está amortizando donde debe: en el césped y con tantos que son oro y terciopelo.

Fermín Galeote, su técnico en la cantera hispalense, recuerda como Javier Vidales cocinó la incorporación de Pablo: "Vino a vernos al hotel de concentración en Gijón. Creía que me preguntaría por Alfaro o cualquier otro... Fue directo a por Pablo. No hablamos de fútbol. Quiso saber de qué pasta estaba hecho el chico, como se movía fuera del fútbol. Lo otro ya lo sabía. Pensé que me quitaban al mejor desde ese momento. Dicho y hecho".