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Segunda B | Cádiz

Antonio Muñoz: "Así no vamos a ninguna parte"

El presidente explota por la actitud de su equipo en Écija

J. Grima
<b>GRAN ENFADO. </b>El presidente considera que la imagen mostrada en Écija no es propia del club.
lupe cejudo

El empate cosechado en Écija ha sido la gota que colma el vaso. El gol de Amarilla en el descuento daba al traste con la victoria que el Cádiz tenía encarrilada tras el gol de Ormazábal en la primera parte, pero a Antonio Muñoz no le preocupa la perdida de los dos puntos, sino la actitud de algunos jugadores.

Una vez analizada la situación, el presidente se sinceraba: "Mi estado anímico no es bueno porque he visto que los jugadores no están al nivel que deberían, tras el esfuerzo del Consejo y la afición. No se puede dar el espectáculo que se dio el segundo tiempo en Écija. Así no vamos a ningún lado. Fue vergonzoso. No se pueden regalar los partidos y perdonar cuando se debería haber goleado. Cuando veo todo el esfuerzo que se está realizando me planteo si merece la pena. No es cuestión de actitud, pero esto no se puede consentir".

Su principal preocupación es la desidia que aseguró ver en Écija: "Preocupa la actitud del equipo. No basta con llegar a la fase de ascenso, hace falta más. No nos merecemos esto. Los técnicos serán los que tendrán que ver qué ha pasado y tomar medidas". Además, carga directamente contra la que considera "la mejor plantilla" de la categoría: "No se trata de tomar medidas, sino de que tengan lo que hay que tener en el campo. Los jugadores tienen que cumplir con su obligación. Tenemos la plantilla mejor pagada de los 80 equipos de Segunda B. No se puede volver a dar el espectáculo de Écija".

"Salí del vestuario; no estaba para tocar palmas"

Como cada final de partido, el presidente del Submarino Amarillo, Antonio Muñoz, accedió al vestuario para hablar con el técnico y los jugadores. Fue tal el nivel de enfado del presidente que cambió su actitud habitual: "Entré en el vestuario como lo he hecho siempre, pero me salí rápido porque no estaba para tocar las palmas. No hace falta decir las cosas para que se comprendan", afirma.