Aguirre debe rehacer un vestuario fracturado

Javier Aguirre ha heredado una manzana envenenada de Sven Goran Eriksson. Lo primero que el ex técnico del Atlético debe hacer como seleccionador de México será restaurar la unidad en un vestuario que está fracturado.

En la prensa azteca se habla de tres grupos perfectamente diferenciados. Por un lado están los veteranos, entre los que figura gente de gran peso como Rafael Márquez, Pavel Pardo, Oswaldo Sánchez. Carlos Salcido o Ricardo Osorio. Por otro están los jóvenes como el deportivista Andrés Guardado, Carlos Vela, Giovani dos Santos y el portero Guillermo Ochoa. De hecho, Guardado en su día aplaudió públicamente a Eriksson por apostar por su compañero y amigo Ochoa en lugar de mantener en la portería a Oswaldo Sánchez. Y el tercer grupo lo lidera Nery Castillo, mexicano de nacimiento, pero muy poco identificado con las costumbres de sus compañeros, por lo que va por libre.

No existe una guerra abierta, pero la fractura existe y Aguirre deberá arreglarla si quiere trabajar con tranquilidad. Será presentado el martes 16 de abril a las 12:30 horas en el Centro de Alto Rendimiento de la Federación Mexicano de Fútbol. Su primer partido será el de la eliminatoria para el Mundial el 6 de junio ante El Salvador.

El técnico contará con un equipo de ayudantes en el que estarán Mario Carrillo, Ignacio Ambriz y Daniel Ipata, actualmente de Pachuca, como preparador físico. En su primera etapa como seleccionador estuvo 13 meses, con un balance de 27 partidos, 17 victorias, cuatro empates y sólo seis derrotas. Ahora toma al equipo con tres puntos y en el cuarto lugar del Hexagonal, con siete encuentros por disputar.