Diez minutos amargos

El Girona dejó escapar una victoria que tenía prácticamente en el bolsillo y que, de haberla consumado, le hubiera dejado la permanencia a punto de caramelo. Sumó el enésimo empate pero el desenlace del partido amarga, más que otra cosa, el sabor de ese punto y le condena a seguir pendiente del transistor.

Hasta el minuto 69 todo le había salido a pedir de boca. No dominaba el alocado tempo del partido pero se estaba llevando el duelo con las armas tradicionales del rival. Gabri y Paco Esteban respondieron con extremada efectividad de pegada a la oportunidad que les dio el técnico mientras en el área rival Marcos Márquez solo generaba expectación. Pitu desperdició en el primer minuto la ocasión más clara de los canarios en toda la primera parte y en el minuto 35 Javier Vidales se vio obligado a quitar a un defensa para dar entrada a un atacante como Saúl. A la Unión no le quedaba otra que ir a por todas, arriesgándose a salir goleado.

En el minuto 48, Samuel envió un remate de cabeza al palo. El equipo canario atacaba con verticalidad pero fue Gabri quien estuvo a punto de hacer el 3-0 tras una falta lanzada por Cañas. Un córner ejecutado por Pitu se paseó por delante del marco local sin que nadie acertara con el balón. El tiempo se le acababa a Las Palmas pero en el minuto 69 cambió el curso del partido.

Un error de marcaje en un nuevo córner permitió a Samuel conectar un cabezazo inapelable. Era el 2-1. Las Palmas abrió la puerta de la esperanza y la duda se coló en Montilivi. Tras el gol, pareció que el Girona había conseguido serenar el encuentro. Pero una subida del lateral derecha Jose acabó con una contra a su espalda que Saúl culminó con un tirazo en parábola a la escuadra de Ponzo. La Unión le devolvía la tarde épica con la que el Girona arrancó un punto del Insular en la primera vuelta. Esa fue la épica en Montilivi, porque el partido no dio más.