Francisco Medina Luna, Piti, dio por finalizada el domingo pasado la maldición que le perseguía esta temporada en la Liga, competición en la que no había marcado en los 24 partidos en los que había participado con el Rayo. En el encuentro ante el Nàstic vio puerta y se liberó: "Por fin llegó mi gol después de tantas jornadas y hasta ha valido la pena esperar, porque ese tanto fue muy importante para el equipo, puesto que nos permite seguir soñando con el ascenso y continuar en la parte de arriba, que a todos nos gusta. Y ha sido contra un rival que es de mi agrado, porque yo tengo casa en Cambrils, cerca de Tarragona, y fue un premio para mí".

Y es que Piti reconoce que lo suyo ya era una obsesión: "Ya empezaba a preocuparme. Me he quitado un peso de encima, porque no marcar se había convertido en una agonía que me impedía hacer mi juego. Este gol me sube la autoestima y me dará más tranquilidad. Estoy seguro de que ahora vendrá uno detrás de otro y que ahora llegarán mis mejores partidos".

El futbolista reaparece cuando más le necesita el Rayo, en el tramo final de la campaña: "Tenemos un equipo competitivo y, una vez que en marzo ya hemos logrado el primer objetivo, ahora vamos a luchar al máximo para conseguir el segundo, el ascenso, y dar una alegría a Vallecas y a nosotros mismos. Sería algo grande si se produce un nuevo salto de categoría".

Coke es duda por un esguince

Coke no pudo disputar el partido ante el Nàstic porque estaba sancionado y hasta le vino bien el castigo por acumulación de tarjetas, porque también hubiese tenido que descansar, aunque por otra causa. Y es que el canterano se produjo un esguince en el tobillo derecho durante el último entrenamiento de la semana pasada que le hubiese impedido jugar frente al cuadro tarraconense. Ayer no se entrenó con el grupo y es duda para el choque ante el Eibar del domingo (18:00 horas) en Ipurúa. Los servicios médicos del club son optimistas y esperan que esté recuperado para entonces, aunque prefieren ver día a día la evolución de la articulación.