Abreu y su séquito contra un Girona muy ilusionado

El calendario de competición no es bueno ni malo, simplemente es. Pero al Girona, seguramente, le toca visitar Anoeta en el peor momento para sus intereses. Encarar a una Real Sociedad que, tras encadenar por primera vez dos victorias consecutivas, quiere protagonizar una especie de 'podemos' y luchar por el ascenso no es lo mismo que arremeter contra ese equipo algo tristón de la primera vuelta.

Con la llegada de Abreu, el equipo que prepara Juanma Lillo, parece haber completado la cuadratura del círculo; encontrado esa pieza capaz de encauzar el caudal de juego que generan Xabi Prieto y Marcos. Con eso y con el omnipresente Bravo, le ha bastado para pegar un arreón que, como mínimo, ha encendido la llama de la esperanza de su afición.

Pero ahí enfrente habrá un Girona que no ha catado la victoria en toda la segunda vuelta pero tampoco conoce la derrota y que, ya sea en Anoeta, Vallecas o el mismo Anfield se presenta al combate con el mismo fervor que una orda de galos ciegos de poción mágica. En la primera vuelta, con sólo eso, tuvo contra las cuerdas a la Real. La pregunta es si, ahora, le bastará.

Raúl Agné quiere alejar de su área al tridente ofensivo donostiarra y sabe que la mejor manera de conseguirlo no es estar noventa minutos achicando agua sino abrir boquetes en la nave rival. Donde la madera es más delgada es en la defensa txuri urdin, por eso Felipe, Raúl Martín e Ígor tienen la misión de defender atacando. Para lo demás, el trivote, que vuelve a escena. Y Ponzo.

Lillo

"Hacer cálculos me mata. Por eso sólo pienso que todo lo que venga será consecuencias de nuestro trabajo. El Girona es como una roca, será es muy difícil ganarles esta tarde".

Agné

"La sensaciones son buenas y llevamos muchas jornadas demostrando que podemos competir en cualquier campo y por mucho peso que tenga Anoeta podremos plantar cara".