NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

liga adelante | zaragoza 4 - Sevilla Atlético

El Zaragoza se exhibe ante el colista

Arizmendi, Ponzio, Pavón y Ewerthon certificaron la goleada maña, que les sitúa en la cuarta posición a un punto de las posiciones de ascenso

<b>GOLEADA.</b> El Real Zaragoza goleó al Sevilla Atlético y se consolida en la cuarta posición a un punto del ascenso.
ALFONSO REYES - AS

El Real Zaragoza se limitó a cumplir el trámite de sumar los tres puntos ante el colista Sevilla Atlético en un partido en el que lejos de despejar dudas y poner de manifiesto su fortaleza se conformó con ganar con el mínimo esfuerzo.

El partido se le puso de cara muy pronto a los zaragocistas que en la primera contra de Caffa por la banda izquierda la culminó al minuto y medio con el primer gol Arizmendi ante la indecisión de Ruyales. A los ocho minutos llegó el segundo tanto en una cesión que pitó el colegiado al borde del área pequeña y que Ponzio por raso no desaprovechó.

Los sevillistas entre los dos goles maños tuvieron su oportunidad más clara en un balón largo que cabeceó Armenteros intentando una vaselina que obligó a Toni Doblas a despejar por encima del larguero. A partir de ahí, el choque careció de calidad con un juego excesivamente trabado y un filial sevillista temeroso ante la gran eficacia que había mostrado su rival en los primeros compases del encuentro.

Los hombres de Fermín Galeote salieron un poco más incisivos tras el descanso intentando aprovechar la apatía de un equipo local que prácticamente había desaparecido después de marcar su segundo gol y que su afición se lo recriminaba con pitos e incluso animaba con olés las acciones de los sevillistas.

De la falta que le costó la segunda amarilla a Gallardo, que debilitó todavía más a los sevillistas, nació el tercer gol en un centro de Caffa que remató de cabeza Pavón, para finalizar con el gol del brasileño Ewerthon, líder de los goleadores, que llegó a mostrarse ansioso ante la posibilidad de irse de vacío en la goleada de su equipo.