Un Athletic muy necesitado de puntos, y que sumaba seis jornadas sin ganar, parecía la víctima perfecta para el Villarreal, que saltaba al césped de El Madrigal con el objetivo de afianzarse en la zona de Liga de Campeones lo antes posible para poder centrarse en su eliminatoria europea ante el Arsenal. Pellegrini salió con todo lo disponible, con las únicas ausencias de Cygan, Javi Venta y Pires. Rossi y Diego López eran las principales bazas del submarino. Yeste, Ion Vélez y David López no viajaron con la expedición rojiblanca, que se agarraba, más que nunca, a Fernando Llorente y a su estado de gracia.

Desde el pitido inicial la posesión del balón y el dominio del encuentro fueron para el conjunto local, que trenzaba las jugadas en la medular a placer pero sin oportunidades claras de gol. El Athletic se limitaba a intentar frenar la salida en tromba del rival para imprimir más lentitud al encuentro. El egoismo de Nihat y los reflejos de Iraizoz evitaron que los de Pellegrini lograsen el primero a los diez minutos de juego. Los de Caparrós despertaron tras el susto y comenzaron a visitar las inmediaciones del área de Diego López, que salvó a su equipo con una gran parada a disparo de Gabilondo tan sólo unos minutos después.

Todo iba según el guión previsto, el Villarreal buscaba el gol mediante un fútbol de toque y muy elaborado con constantes triangulaciones y mostrándose muy cómodo con el balón en los pies, mientras el Athletic apostaba por un juego mucho más directo con pases largos a sus dos delanteros.

Los locales fueron perdieron fuelle y endurecieron el partido a base de la reiteración de faltas, la mayoría de ellas totalmente innecesarias. Mientras los amarillos se bloqueaban, el Athletic, con una presión asfixiante, comenzaba a dominar el partido, a tocar y a llegar a la portería rival. Orbaiz y Javi Martínez ganaban a los puntos a Eguren y Senna en la dura batalla que tenía lugar en la medular. Al borde del descanso Velasco Carballo se tragó un claro penalti de Godín por tocar el balón con la mano dentro del área tras un disparo de Fernando Llorente.

Pese a las ocasiones de gol, el marcador quedó intacto al descanso. Tras unos primeros minutos de dominio local, la primera mitad fue para los de San Mamés, que pudieron marcharse a los vestuarios con ventaja si el colegiado Velasco Carballo hubiese estado más acertado en las jugadas que tuvieron lugar dentro del área local.

Villarreal y Athletic, a por el partido

Al igual que en la primera parte, tras la reanudación el Villarreal salió enchufado y con la portería de Iraizoz entre ceja y ceja. Cerca estuvo de adelantarse en la primera jugada, pero Gabilondo e Iraizoz acabaron con el peligro. El Athletic no se quedaba atrás y también se lanzó al ataque poniendo en apuros a la zaga local y a Diego López. En tan sólo cinco minutos del segundo acto se vio más fútbol y más ocasiones que en toda la primera mitad.

Un destello de calidad de Ibagaza habilitó a Rossi que, sin oposición alguna de la zaga bilbaina, mandó alto su intento de vaselina. El partido se convirtió en un correcalles con los dos equipos deseosos de balón y continuas llegadas a ambas áreas. Caparrós fue el primero en mover el banquillo retirando del campo a Toquero, que se vació, para dar entrada a Garmendia. El partido acabó rompiéndose por completo. Locales y visitantes no se daban un respiro y convirtieron el choque en una lucha titánica en busca de la victoria.

Mediado el segundo acto, Pellegrini optó por retirar del campo a Nihat y dar entrada al goleador Joseba Llorente. Fue entonces cuando apareció por primera vez en el encuentro Cazorla. El pequeño extremo local aprovechó la asistencia de Rossi para ejecutar a Iraizoz con una definición perfecta que sirvió para adelantar a los suyos en el marcador. En la siguiente jugada pudo llegar la sentencia, pero el disparo de Joseba Llorente se fue lamiendo el palo izquierdo de Iraizoz.

Los leones no bajaron los brazos y sacaron a relucir su casta y su garra para buscar la igualada. El Athletic buscaba el empate y el Villarreal la sentencia. Diego López desbarató la mejor oportunidad visitante con una espectacular mano a disparo de Fernando Llorente. Acto seguido, Rossi volvió a desaprovechar una inmejorable oportunidad ante Iraizoz. Velasco Carballo mandó a los vestuarios a Susaeta a diez minutos del final por doble amarilla, la segunda de ellas, inmerecida. A la desesperada, Caparrós retiró a Orbaiz para dar entrada al delantero Iñigo Vélez como último recurso para hacer justicia en el marcador, pero en los minutos finales Matías Fernández sentenció con el segundo tanto local.

El Villarreal sumó tres puntos que le afianzan en la zona de la Liga de Campeones y le otorga la tranquilidad necesaria para afrontar su complicada eliminatoria europea ante el Arsenal. El Athletic, que mereció puntuar en El Madrigal, suma otra jornada más sin ganar y se complica la vida de cara a la consecución de la permanencia.