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Liga Adelante | Huesca 0 - Alicante 1

El Alicante devuelve al Huesca a la pura realidad

Un gol de falta de Catalá le da vida al equipo de Granero

Javier Monsón
<b>FRENADOS. </b>Queco, el portero del Alicante, se hace con un balón en un espectacular escorzo: el Huesca no pudo remontar esta vez.
FRENADOS. Queco, el portero del Alicante, se hace con un balón en un espectacular escorzo: el Huesca no pudo remontar esta vez.

Hay que ver cómo es el fútbol: el Huesca se encontraba en una muy buena disposición para conseguir su punto número 43 y no sólo afirmar sus posibilidades de permanencia, sino también mirar un poco más arriba en la tabla. Ante el Albacete había perdido, y desde todos los ámbitos el mensaje era claro: que la lección se aprendiese. Pues bien, dio igual que todo el mundo llegara al Alcoraz "de puntillas", como dijo Calderón en la previa. El Alicante calcó en el campo las premisas del propio Huesca en su visita a Balaídos y estudió a su rival al milímetro, adquiriendo ventaja en el medio y taponando las vías de juego azulgrana. De tal forma que las pinceladas de arte de los hombres de ataque de Calderón quedaron diluidas, y los trazos del arquitecto Sastre se emborronaron en la espesura de la tela de araña alicantina.

En esas estábamos cuando Rafa Jordá, la referencia del Alicante en ataque, bajaba un nuevo balón de las cumbres altoaragonesas y lo traducía en una peligrosa falta. Catalá le pegó de lujo y superó a Eduardo, el gato del Alcoraz. De nuevo a balón parado recibía gol el Huesca, y esta vez en la afición no existía en la afición local la seguridad de otras remontadas. En el área de creación, el Alicante obligaba a los locales a sacar constantemente el machete, para adentrarse en una espesura en la que el centro del campo altoaragonés siempre se encontró perdido.

Pelotazo.

La segunda mitad se dibujó de la misma manera, y el público veía el crono como una tortura: el Alicante se mantenía firme mientras al Huesca los segundos le caían cual gota malaya. Ni los que estaban en el campo ni los que entraban después lograron cambiar nada. Sólo al final el Huesca, en el idioma que varios equipos de la Liga descifran a la perfección, que es el pelotazo arriba y la segunda jugada, creó peligro. Queco Piña, que había estado muy inseguro toda la tarde, incluso viendo volar un balón de Jose hasta el larguero en la segunda parte, sacó finalmente una mano milagrosa que evitó la justicia.

El Alicante trabajó e hizo su fútbol, incluso pudo matar a la contra en tres ocasiones, pero el empate a nada habría sido un justo reflejo de lo que ambos equipos propusieron en el césped del Alcoraz en un partido sencillamente horrendo.

Granero: "Este club perdió mucho tiempo"

"Habíamos estudiado muy bien al Huesca durante toda la semana, estamos en un buen momento y no nos asustó el cara a cara contra un equipo que es muy fuerte en su campo. Se ha perdido mucho tiempo esta temporada con los cambios de entrenador y el Alicante ahora podría estar más arriba en la tabla de lo que está. Ya no pensamos en otra cosa que el partido contra el Celta: hay que ir paso a paso para llegar a los cinco últimos partidos con opciones".

Calderón: "No hemos estado finos"

"La verdad es que no estuvimos finos. La sensación que tengo ahora mismo es que ha sido uno de esos días en los que no te sale nada sobre el terreno de juego. No tomamos las decisiones correctas en el campo frente a un Alicante que ya dijimos que tenía buenos jugadores, a pesar de lo que diga la clasificación. Ahora sólo nos queda pensar en el próximo encuentro contra el Albacete y que el equipo continúe en la línea de los últimos encuentros".