Plácida victoria de un Barça a medio gas

Liga BBVA | Almería 0 - Barcelona 2

Plácida victoria de un Barça a medio gas

Plácida victoria de un Barça a medio gas

Reuters

El conjunto azulgrana sumó tres nuevos puntos en un partido que dominó de principio a fin. El Almería no fue rival para el conjunto culé, que jugó a placer y sin forzar la máquina. El portero local, Diego Alves, evitó la goleada en la primera mitad con intervenciones antológicas. Bojan fue el encargado de anotar los dos tantos.

El Barcelona llegaba a tierras andaluzas obligado a conseguir los tres puntos para evitar sentir más cerca que nunca el aliento del Real Madrid en el cogote. La presión no parecía importarle a Guardiola, que dejó de inicio en el banquillo a Henry y Etoo, prescindiendo así de su tridente ofensivo. En punta, Bojan, titular por segunda vez esta temporada. El equipo azulgrana llegaba desgastado debido a su esfuerzo de la Champions, mientras que el Almería llevaba toda la semana preparando el encuentro y con gran parte de sus esperanzas puestas en su delantero Negredo (seis partidos consecutivos marcando). Solari en el Almería y Puyol, Abidal, Milito y Jorquera en el Barcelona se perdieron el choque.

El conjunto local era consciente de como se las gastaban los azulgranas y se replegó desde el primer minuto de juego, entregando la posesión de la pelota y el tempo del partido al rival. Poco tardó el Barcelona en trenzar una jugada que justificaba el pago de la entrada para los espectadores. El sutil y preciso pase en diagonal de Iniesta fue recogido por un veloz Dani Alves, que puso el balón en el borde del área pequeña para que Keita fusilara al portero almeriense, pero el brasileño hizo la que, posiblemente, sea la mejor parada de toda la temporada. La respuesta de Hugo Sánchez fue adelantar un poco sus líneas para aumentar la presión en la medular y evitar así un goteo constante de ocasiones del conjunto catalán.

El Almería sólo lo intentaba a la contra, y sin éxito. La buena colocación de los de Guardiola acababa dando al traste con cada intento andaluz de visitar las inmediaciones de Valdés. Ante la actitud de los locales, el Barcelona optó por bajar la intensidad y buscar un juego mucho más elaborado a la espera de que aparecieran huecos o fallos en la zaga rojiblanca. La acumulación de jugadores andaluces por el centro obligó al líder a buscar las bandas sin más remedio. El Almería ponía en apuros al Barcelona posicionalmente y los de Guardiola no se mostraban cómodos, olvidándose de sus habituales cambios de ritmo con los que acaban rompiendo los partidos.

La primera ocasión local tuvo lugar rebasada la media hora de juego. Crusat enfiló portería sin oponente alguno en el camino que le llevaba a Valdés, pero el centrocampista se pasó de revoluciones en la galopada y acabó disparando muy desviado cuando la grada ya estaba en pie dispuesta a celebrar el primer tanto de los suyos. Con el transcurso de los minutos el encuentro se convirtió en un toma y daca en el centro del campo con constantes intentonas de salir al ataque. Los únicos que lo consiguieron fueron Iniesta y Piqué, pero un inmenso Diego Alves, con el traje de héroe, salvó a su equipo.

Los jugadores se marcharon al vestuario con el empate a cero en el marcador. La sensación era muy distinta en cada uno de los equipos. El Barcelona había jugado a medio gas y había disfrutado de mejores ocasiones que su rival, que había puesto toda la carne en el asador sin poner en apuros serios a Valdés. Todo quedaba pendiente para la segunda mitad y todo dependía de los planteamientos de los técnicos para la reanudación.

Sigue el monopolio culé

El segundo tiempo comenzó con la misma tónica que dominó el primer acto. Al Almería le quemaba el balón en los pies de la mitad de campo hacia atrás y, entregando el esférico a su rival, sólo se atrevía a inventar a la contra agarrándose a la velocidad de Crusat, Uche y Negredo. Y esa metodología de trabajo ante el Barcelona no es la más indicada. De ello dio buena cuenta Bojan al adelantar al conjunto culé en el minuto siete tras una perfecta pared entre Iniesta y Messi que el argentino finalizó con un disparo que se estrelló en el palo. El primer gol dejó tocado a los locales, que no tuvieron tiempo de reaccionar antes de recibir el segundo, también de Bojan y, en esta ocasión, con bastante suerte.

El planteamiento de Hugo Sánchez carecía de sentido con el 0-2 en el electrónico, pero, aún así, no se apreció cambio táctico alguno del mexicano. El Barcelona lo tenía todo de cara: el marcador, el estado de ánimo, el balón y el dominio. Por si fuese poco tenía ante si a un rival incapaz de reaccionar e impotente en ataque.

De ahí al final, el encuentro fue un monólogo del equipo visitante. Los de Guardiola tocaban a placer sin oposición ni presión alguna de los jugadores almerienses. El partido estaba resuelto sin ningún resquicio para la duda. La diferencia entre ambos contendientes era enorme. El Barça no quiso forzar la máquina y se dio por satisfecho con el resultado, jugando los últimos veinte minutos del partido como si se tratase de un puro trámite.

El Barcelona supo aguantar una jornada más la presión del Real Madrid y continuará con seis puntos de ventaja sobre los del Bernabéu durante, al menos, una semana más. El Almería, a cinco puntos del descenso, debe ir pensando en hacer los deberes cuanto antes si no quiere verse en aprietos en la recta final del campeonato.