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"Todos hemos tenido que ceder en esta operación"
El consejero delegado, el consejero responsable del área jurídica y el futbolista argentino comparecieron ayer para explicar los pormenores del acuerdo alcanzado con el Boca Juniors el pasado miércoles en Suiza.
Tras un doloroso y esperpéntico parto de casi ocho meses, Nayar consiguió la libertad para elegir su futuro sin tener que aguardar al veredicto irreversible del TAS aunque para ello todas las partes tuvieron que ceder en unas duras negociaciones a contrarreloj que culminaron tasando la operación de traspaso en un millón de dólares. "Pudimos llegar a un acuerdo prácticamente en el último segundo de la prolongación del partido porque le pedimos un tiempo extra a los jueces del TAS y si hubiese celebrado la vista, no hubiese habido posibilidad de nada", subrayó Dumois, quien confirmó que el acuerdo, formalizado en un laudo arbitral, se tasó en un millón de dólares (783.000 euros) a pagar de marzo a diciembre en 10 mensualidades después de que todas las partes, Boca, Recre y Nayar y sus representantes cediesen en sus pretensiones. "Todos hemos tenido que renunciar algo a nuestras pretensiones pero es satisfactorio para todos", explicó el consejero delegado del Recre, que se hace cargo de alrededor de 570.000 euros, apenas 80.000 más de los que estaba obligado a pagar en concepto de derechos de formación, en tanto que Nayar y sus representantes se reparten el abono de los 213.000 euros restantes: "Es satisfactorio porque beneficia a las tres partes y el desacuerdo dejaba a algunas o alguna parte perjudicada". No obstante, Dumois indicó que "fue difícil porque inicialmente los dirigentes de Boca se mostraron intransigentes pidiendo un millón pero de euros", aunque se congratuló de un acuerdo, en el que, además Boca se ha reservado un 30 por ciento de la plusvalía de un futuro traspaso, en tanto que el 70 por ciento restante se lo reparten a partes iguales Recre y le empresa que representa al jugador. Dumois explicó que recurrir al TAS "era una situación de bloqueo porque él no quería volver allí".
La firma.El acuerdo tripartito impedirá salir de dudas acerca de si la firma que aparecía en el contrato de renovación del club xeneize era realmente la suya o si, como defendía el propio Nayar, fue falsificada. "No esperas que aparezcan contratos con una firma rara. Cualquiera de mis cuatro hijos, desde el mayor hasta la pequeña, que tiene cuatro años, concluiría que no es la firma de él", señaló Dumois.
Respecto a la disparidad de criterios entre el resultado de las pruebas caligráficas aportada por los peritos contratados por el Recre y el contratado por el TAS, el consejero señaló que "la peritación caligráfica no es matemática, de dos y dos son cuatro, sino una opinión contra otra opinión, y las opiniones las forman las personas porque llegan a esa conclusión o porque los ayudan a formarla".