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Liga de Campeones | Panathinaikos 1 - Villarreal 2

Villarreal, orgullo nacional

Ibagaza y Llorente llevan al Submarino a cuartos.

Miguel Á. Vara
Actualizado a
<b>DECISIVO. </b>Joseba Llorente firmó el gol del empate después de una asistencia de Ariel Ibagaza, protagonista en Atenas.
DECISIVO. Joseba Llorente firmó el gol del empate después de una asistencia de Ariel Ibagaza, protagonista en Atenas.alberto iranzo (enviado especial)

Manuel Pellegrini sigue haciendo historia con su Villarreal, por el logro de meterse en cuartos sí, y por su apuesta, por el cómo. Anoche no se amilanó y sacó de inicio a su ejército de jugones y, aunque no fue el Submarino de las grandes noches en lo vistoso, al final la valentía tuvo su premio, su merecida recompensa. Ibagaza agarró la bandera, hizo un gol y regaló el segundo en dos chispazos de calidad. Justicia divina en la tierra de los dioses, que ayer se aburrirían una vez más viendo al cuadro heleno entregarse sin argumentos al empate de la ida. Cualquier cosa que no fuera la clasificación del Villarreal hubiera deslucido una Champions en la que el orgullo patrio lo sigue defendiendo un equipo llegado desde una localidad que, entera, no llenaría el estadio de Panathinaikos.

La primera mitad se la anotó el conjunto local. Una y otra vez la red tejida por los griegos era suficiente para que los amarillos se atascaran y, encima, en el único fallo de la zaga local, el colegiado les enmendó anulando un gol legal de Ibagaza, que ya avisaba de su recital. El Caño pescó en el área un balón que se tragó el central y Busacca se inventó una mano que rescató a los griegos y les dio licencia para seguir a lo suyo viéndose por delante en la eliminatoria. Cómodos y bien arropados, Mantzios asustó a Diego López mientras Karagounis enlazaba piscinazos.

Pero del Submarino que se esperaba, el de verdad, el de ataque constante e ideas claras, no había señales y su bagaje se redujo a acumular inofensivos disparos desde la frontal y, eso sí, un gol injustamente anulado.

El Ingeniero rectificó al descanso, movió sus piezas con acierto y dio entrada a Llorente para ir a la pelea con los picapedreros helenos. Tuvo su premio al final, aunque antes el camino a los cuartos se despejó en el momento en el que Capdevila se decidió a cabalgar por la izquierda y servir a Ibagaza el 0-1. Zurdazo del Caño, que anularía poco después a base de empuje el Panathinaikos, en el que el gigante Mantzios cabeceó tras un córner el 1-1, en una de las múltiples acciones en las que desde la grada apuntaban con los láseres los ojos de los villarrealenses. Una vergüenza a los ojos de Platini, que algo tendrá que decir del bengaleo constante, los lásers y el lanzamiento de objetos.

Llorente, clave.

Pero ni por ésas se amedrentó el Submarino, que fue paciente para volver a hurgar en la zaga verde, a la que Ibagaza hizo recular para habilitar a Joseba Llorente con un gran pase y que éste se vistiera de héroe. 1-2 y a cuartos de final. Grande Villarreal, que rindió Atenas pese al mal resultado que traía, a Busacca, al Panathinaikos y a cualquiera que se le hubiera puesto por delante.