Fiesta atlética en el corazón de Oporto
No habrá comida entre las directivas debido a que ambos clubes rompieron relaciones tras el fichaje de Paulo Assunçao, que se acogió al caso Webster para desvincularse de su anterior club, el Oporto.
Los aficionados del Atlético de Madrid han tomado las calles de Oporto con sus banderas y cánticos en las horas previas al partido que va a enfrentar al equipo madrileño con el conjunto portugués, en los octavos de final de la Liga de Campeones.
En torno a mil aficionados rojiblancos se han asentado en la Plaza de la Ribiera de la ciudad lusa y, con el puente de San Luis de fondo, aguardan la hora del comienzo del partido, en el que el equipo de Abel Resino tiene que remontar el 2-2 de la ida en el Vicente Calderón.
Un total de 2.700 hinchas atléticos colorearán las gradas del Estadio de Dragao, donde se celebra hoy el encuentro. Se prevé que durante la tarde se desplacen más aficionados, incluso sin entrada, con la esperanza de comprar algún pase en los alrededores del estadio o con el fin de apoyar desde más cerca a su equipo.
No habrá comida entre directivas
Noticias relacionadas
El presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, que saludó a los aficionado en la Plaza de la Ribiera esta mañana, no comerá con la directiva del Oporto, ya que ambos equipos rompieron sus relaciones tras el fichaje de Assunçao por parte del Atlético.
El portugués se amparó en el 'caso Webster' para rescindir su contrato y fichar por el equipo rojiblanco. El medio centro invocó el artículo 17 del reglamento de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) sobre el estatuto y los traspasos de jugadores, que dio lugar a la sentencia. Esta norma, aprobada por el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) a principios de 2008, establece que un jugador puede marcharse de su club cumplidos tres años de contrato (dos si es mayor de 28 años) con sólo abonar una compensación en función de los años de contrato que le restasen, igual o similar al resto del salario estipulado en su contrato.



