Puyol ya ha sido baja más de un año desde 1999

La imagen futbolística de Carles Puyol se relaciona de manera instantánea con el esfuerzo, el sudor, el empeño sin tregua, el roce... y las lesiones. A punto de cumplir 31 años, el primer capitán del Barcelona acumula cicatrices en el cuerpo a un ritmo muy superior al de sus títulos. Ayer se confirmó que el esguince de tobillo que se produjo en los minutos finales ante el Athletic (2-0) lo mantendrá tres semanas de baja. Un periodo que se suma al acumulado desde 1999, cuando asomó en el primer equipo, hasta arrojar una cifra asombrosa: más de dos años apartado del equipo por diferentes contratiempos físicos.

Teniendo en cuenta sólo los daños que lo mantuvieron lejos del campo siete días o más, Puyol suma 57 semanas ausente desde que juega en el primer equipo, equivalentes a 14,25 meses. En ese periodo ha coleccionado todo tipo de lesiones y dolencias.

Un rosario. Sus más graves lesiones han sido una osteoconditis en la pierna derecha (de la que fue operado en diciembre de 2000, por lo que estuvo de baja cuatro meses), una rotura del ligamento lateral externo de la rodilla izquierda (quirófano en junio de 2007 y tres meses KO) y una fisura ósea en el tobillo izquierdo (en un España-Bosnia, junio de 2005, cinco semanas).

La más aparatosa, sin embargo, ocurrió durante un Inter-Barça de la Champions League 2002-03, cuando chocó con Frank de Boer y se fracturó la base orbital y el arco cigomático derechos, por lo que se vio obligado a jugar y entrenarse con una máscara protectora que le daba un aspecto curioso.