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Liga de campeones | Panathinaikos - Villarreal

Rossi, ángel amarillo en el infierno del Panathinaikos

El Villarreal debe buscar la victoria tras el 1-1 de la ida

Miguel Á. Vara
<b>DISFRUTARON DE LA VISITA AL PARTENÓN. </b>Los futbolistas del Villarreal aprovecharon la mañana libre de la que gozaron ayer para visitar la Acrópolis y disfrutar con el Partenón. En la imagen Pires fotografía a Senna, Cani, Guille Franco y Nihat.

El Villarreal acabó el partido de ida convencido de que era superior al Panathinaikos y con ganas de demostrarlo cuanto antes. Esta noche es la noche. Por ahí pudo empezar a labrar la gesta de meterse entre los ocho mejores del continente, algo que está seguro de hacer cada integrante del Submarino, una actitud ideal para lograrlo porque los de Pellegrini escarban entre los argumentos futbolísticos de los dos equipos y no hay color. Bueno, sí lo hay, el amarillo, la tonalidad de la que quieren teñir el particular infierno griego que los casi 70.000 seguidores locales van a crear.

Pero al Submarino ya no le amedrenta nada. Su andadura europea, corta pero intensa, le ha hecho salir indemne de Old Trafford, Ibrox, San Siro o Highbury, por lo que la antigua milonga del infierno heleno ya no cuela. De hecho, en la última década al Panathinaikos le han tocado la cara en su estadio, donde ha caído más veces eliminado que otra cosa. Incluso en esta Champions ha dado mejores prestaciones como visitante, lo que da alas a un Villarreal que se agarra a su particular cuadrilla de ángeles para meterse en cuartos. Sus 'locos bajitos' son el argumento principal que esgrimen para darle la vuelta a una eliminatoria injustamente puesta cuesta arriba. Con Rossi en estado de gracia y Cazorla, Nihat, Ibagaza o Cani preparados, la idea es aprovechar los espacios.

Enfrente, Karagounis será el principal peligro local, pues no se espera que el Panathinaikos salga a arrollar. Con la ventaja del empate uno de la ida, Ten Cate planteará un duelo a la contra, un entramado que se derrumbará si el Submarino se pone por delante. Ahí Rossi es el hombre señalado y, a su lado, Llorente y Nihat pugnan por un puesto para enfundarse en el papel de ángeles en el infierno.