Un punto de contraste

Un punto de contraste. El Murcia de Campos ya conoce a lo que sabe un punto: a derrota. Ayer, estrenó este resultado en el Martínez Valero y experimentó la agria sensación de un marcador que dejó más contentos a los locales que a los forasteros. El equipo grana fue dueño y señor del primer tiempo. Despotovic pudo haber hecho justicia antes del descanso pero un gol de Miguel al filo del asueto le dio oxígeno al Elche. Las fuerzas se equilibraron en el segundo acto aunque el resultado no se movió.

Campos demostró tener bien estudiado al Elche. Movió sus piezas para cortocircuitar las ideas de su rival. Y lo logró. Movilla y Bruno fueron un valladar ante Acciari y Usero. El ex del Murcia tuvo que multiplicarse ante su ex equipo buscando equilibrar las fuerzas mientras que a Usero le costó mover la pelota como en otras ocasiones. Movilla, desterrado en la era Clemente, le ha devuelto la lógica al fútbol grana. Raza y calidad para un jugador con más quilates de lo que exige la categoría. El Elche sufrió mucho antes de la ducha. Santos y, sobre todo, David Fuster olvidaron conectarse al encuentro y cuando lo intentaron, sus rivales se encargaban de cortarles el cable de la corriente. Sólo Saúl tiró del carro, aunque apenas estuvo asistido. Tanto por sus compañeros en la mediapunta como por Miguel, que hizo el gol y poco más.

Aunque las dos primeras oportunidades fueron del Elche, el acoso fue murciano. Xisco Campos avisó con un remate a la media vuelta que obligó a Willy a demostrar el porqué de su renovación. En la siguiente acción, Capdevila rompió con calidad por su banda para ponerle un balón a la cabeza de Despotovic. Gol. Y jugada con doble lectura. De manual de curso para los grana y de cómo no hacer las cosas por parte del Elche. Y el castigo aún pudo ser peor. Pérez Riverol anuló, cuatro minutos después, un gol a Capdevila tras una genial combinación con Despotovic y Movilla por un inexistente fuera de juego. Esas dos acciones generaron desconcierto en el Elche, que nunca se reconoció. Sin embargo, la fortuna estuvo del lado de los de Claudio. Y es que una cabalgada de Saúl por la derecha, al filo del descanso, le sirvió a Miguel para equilibrar, con suspense, el marcador. Un alivio para la afición local y un jarro de agua fría para la visitante.

El Murcia esperó al Elche en la segunda parte. Los ilicitanos, pese al dominio, tampoco crearon peligro. Sólo Saúl lanzó entre los tres palos. El equipo grana tuvo sus ocasiones en las botas de Despotovic, Capdevila y Bruno pero no supo bajar el pulgar cuando tuvo a su contrincante a su merced. El punto, al menos, le sirve a los dos equipos para dejar las cosas casi como estaban, aunque el final de Liga no invita a relajaciones.