Diego Tristán
"Hablo un inglés de La Algaba que es único en Londres"
Diego Tristán (La Algaba, Sevilla, 1976) juega en el West Ham. Llegó procedente del Livorno. Calcio y Premier en el otoño de su carrera.
Aventura en Italia, ahora en Inglaterra, padre de un niño... Cuentan que estamos ante un nuevo Diego Tristán. ¿Es verdad?
Creo que soy el mismo... con más años, claro. Y otras obligaciones. El niño sí te cambia la vida. Pero en el fútbol sigo siendo el Diego de siempre.
¿Cómo se llama el heredero?
Diego, como su padre. Año y tres meses tiene. Y no para. ¡Este cansa más que una semana de entrenamientos! Y eso es lo que hago: entrenar y a casa. Vivimos en una zona de negocios, tranquila. Tener familia te cambia el ritmo y más en el extranjero. Vuelvo a casa comido a primera hora de la tarde y desde entonces y hasta la hora de ir a dormir, el niño lo centra todo. Y turismo cuando podemos. Está ciudad es maravillosa, ¡tiene tantísimo que ver y conocer...!
La madre es sevillana. Es usted un clásico en estas cosas.
Sí, ¡ja, ja! De La Algaba. Llevamos mucho tiempo juntos; es bueno meter en casa a gente conocida, ¡ja, ja! Todo esto da equilibrio, te centra. Aquí sales menos, no estás en España y tampoco tiene uno veinte años. He vuelto a recuperar la ilusión por jugar, por levantarme e ir al entrenamiento...
¿La había perdido?
Tanto como eso, no. Pero mi final en A Coruña no fue bueno ni en Palma, tampoco. Estoy disfrutando de esta nueva experiencia. Me está costando jugar porque mi compañero Carlton Cole lo está haciendo muy bien, incluso le llamaron a la selección, y además me lesioné al poco de llegar en noviembre pasado. Voy apareciendo, participé en un partido de la FA Cup, me estrené en la liga con mi primer gol... Tengo 33 años, sí, pero me queda fútbol.
¿Cómo se siente eso?
En la cabeza y en las piernas. La de arriba me dice que estoy dispuesto a todo y aquí tienes piernas o no puedes aparecer en un fútbol tan rápido y tan fuerte. Ya en Italia me encontré bien. La pena fue el descenso, pero es que aquel Livorno no era gran cosa. Allí jugué de segunda punta por primera vez en mi vida y me gustó. Jugué casi treinta partidos, me sirvió para mejorar como futbolista. Acabé en Mallorca, llegó el Livorno, no veía claro continuar en nuestra Liga... Probablemente me convenía un cambio de aires y lo aproveché. Fue un acierto, como un volver a empezar.
Porque hubo quien lo dio por acabado.
Es posible... Llegó un momento en España que parecía que el fútbol de alta competición se me acababa y yo sabía que no era así. En Italia viví una inmersión muy interesante en un fútbol tan diferente al nuestro, el único que había conocido.
Un fútbol tan táctico, tan diferente al español.
Mucho más lento, sobre todo eso. Juegan a las tres de la tarde y no riegan los campos, es un buen detalle. El inglés es otro fútbol, claro. La diferencia entre la Premier y el Calcio, y le diría que el resto de ligas importantes, es que la velocidad aquí es muy superior. Y yo no me quedo atrás. Ni en el día a día ni en los partidos. Soy uno más.
¿Con qué reto?
No me planteo más que el día a día, pero me encuentro bien y mis planes son seguir jugando. Y el sueño, hacerlo en España. Volver y retirarme en casa. Me quedan muchos goles que celebrar y me anima el talante de mi entrenador, Gianfranco Zola.
Con él no hay dudas: un entrenador pelotero.
Del todo. Jugó muy bien y en el banquillo pretende que el equipo haga lo mismo. Quiere que tengamos la pelota, todo el entrenamiento se desarrolla con ella. Para un español es perfecto, a nosotros lo que nos va es tenerla, correr pero con ella. La verdad es que da gusto trabajar con él.
Sobre españoles e ingleses. El martes, Liverpool-Real Madrid. ¿Cómo lo ve?
Complicado para el Madrid, el partido del Bernabéu marcó la pauta de lo que será esa eliminatoria... y lo ganó el Liverpool que es el equipo menos inglés de la Premier.
Interesante.
Es que Rafa Benítez es el técnico que más trabaja la táctica, sobre todo en el concepto defensivo. Los demás dejan más espacios, les puedes crear ocasiones de gol con mayor facilidad. A ellos, no. Se plantan muy bien, ya lo vieron en el Bernabéu... Yo quiero que gane el Madrid, claro.
Habla del Liverpool como el equipo menos inglés. ¿Acaso al Madrid le hubiese convenido más el Manchester como adversario?
Sí: es más fácil jugarle al United que al Liverpool. O al Arsenal, incluso al Chelsea. El más rocoso y complicado es el Liverpool, pues defiende con todos menos Torres. Pero, el Madrid no está muerto, ¿eh?
El madridismo teme un partido de vuelta repetición del anterior. El Liverpool presionando hasta al banderín de córner. ¿Aciertan?
Sí, la sorpresa sería lo contrario. Rafa no saldrá del cascarón, el equipo es fiel a ese estilo pues le va bien y están convencidos de que es el camino. Pero Raúl y compañía no han dicho su última palabra. Y el Liverpool lo sabe. Queda la mitad del camino por recorrer.
¿Sus palabras en inglés, qué tal van?
Mejorando. Tengo un profesor, me intereso muchísimo por el idioma pues comprenderá que es una herramienta básica en mi vida. Hablo un inglés de La Algaba que es único en Londres: hay que escucharlo, ¡ja, ja! Cuando me propusieron fichar por el West Ham me apeteció todo, también profundizar en el inglés, claro. No me explico cómo hay gente que cambia de país y no se zambulle en el nuevo idioma.
Que el West Ham no tenga más españoles le irá bien.
Sí, es verdad que no tengo españoles en el equipo, lo que me quita la tentación de utilizar más de la cuenta nuestro idioma. Sólo lo habla Boa Morte, que es portugués. Mi problema son los italianos. Zola y varios compañeros, y como lo aprendí en Livorno, hay ratos que sólo me manejo en ese idioma... y no es conveniente. De todas maneras, lo peor de esta vida mía aquí es el tráfico de Londres.
Si le grito ¡A Coruña!, ¿qué me contesta?
Inolvidable. Lo único malo fue mi marcha. La madeja se lió, se lió y acabó mal; le aseguro que lo sigo lamentando por la parte de culpa que yo tuve en ello, claro. Pero los recuerdos los llevo para siempre, los buenos, digo.
Como el Centenariazo, ninguno, imagino.
Aquel día no se borrará jamás en mi vida. Mi gran título grande en un club grande. Frente a un gran Madrid que acabó ganando la Champions poco después, en el Bernabéu, el día de su centenario, con un gol mío de los dos que marcamos...
¡Qué buen Depor fue aquel!
Lo comento a menudo con Sergio, Valerón, con la gente con la que mantengo una gran relación. Muy pocos equipos que no sean los más poderosos de Europa pueden presumir de haber estado cinco años seguidos en la Champions. Por eso me dolió aquel final, los pitos que me llevé cuando volví a Riazor con el Mallorca. No me apetece recordar nada de todo aquello; me quedo con lo bueno, que fue mucho.
¿Y el Mallorca?
Pues más de lo mismo: me quedo con que fue el equipo que me dio la oportunidad de jugar en Primera División. Yo quiero mucho al Mallorca y me alegraré mucho si mantiene la categoría, claro.
Usted empezó a jugar en las categorías inferiores del Betis. ¿No haber defendido la camiseta del primer equipo es la espinita que más hondo lleva clavada?
Nací allí para el fútbol, claro que me hubiera gustado jugar allí y a medida que me voy haciendo mayor lamento que probablemente me iré sin darme ese gustazo de jugar en el Betis. Estuve a puntito de fichar dos o tres veces, pero al final todo se acabó torciendo y me da mucha pena.
¿Cómo es el West Ham?
Un club pequeño, pero en cuanto a organización no tiene nada que envidiar a los grandes de la ciudad: Chelsea, Tottenham... Londres tiene fútbol donde escoger, también en eso es una ciudad especial. Todo está en su lugar en el West Ham, el futbolista es el centro de todo. Es imposible, claro, pero todos los futbolistas deberíamos pasar un tiempo por Inglaterra. Ellos inventaron este deporte y, amigo, siguen enseñando muchas cosas al mundo. Los clubes, en su montaje; la gente, por cómo viven el fútbol. Su apoyo al equipo gane o pierda es siempre de diez, el afecto que recibimos los futbolistas es total. A los cuatro días sientes que la camiseta se te ha pegado a la piel.
¿Tiene contrato hasta junio?.
Sí, llegué en noviembre y firmé por lo que quedaba de temporada. No sé qué pasará entonces. No me importaría nada continuar aquí, pero mi intención es volver a España, el año que viene, más adelante... Me gustaría que mis últimos goles fueran en nuestra Liga.
Estaría bonito, sí.