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Liga BBVA | Villarreal 1 - Espanyol 0

Diego y su nulidad arriba condenan a los pericos

Luis García falló un penalti. El Villarreal pensó en Atenas

Tomás Guasch
<b>EN LA LÍNEA. </b>Diego evitó así que una cesión de Godín fuera gol.

Fue curioso, inesperado y definitivo: todo lo que pasó en las áreas fue puro desacierto españolista, empezando por el gol. Una mala salida de Kameni y una pésima cobertura de Lola permitieron a Fuentes cabecear con los pies en el suelo, en plan andar por casa, un córner sin aparente peligro. Fue el chispazo que decidió este Villarreal-Espanyol que tiene una lectura tremenda para los blanquiazules: si ayer no puntuaron, ¿cuándo lo harán? Da miedo pensarlo.

Un rato antes, el Atlético le perdonó la vida al Madrid. Lo del Espanyol en El Madrigal no fue tan escandaloso, pero no anduvo muy lejos. Por fallar, hasta falló un penalti. Fue Luis García, que casi tiró el larguero, del trallazo que lanzó... sin precisión alguna. Antes y después chocaron los de Pochettino contra el grandísimo Diego López, que debe ser del Barça: en la primera vuelta le paró a Tamudo un penalti y la cosa acabó 0-0, y ayer evitó por tres veces que la pelota se colara en su portería. Una, cazando sobre la línea un mal envío de su defensa. Otra, en cabezazo de Jarque. Y una tercera a tiro de Luis, envenenadillo. Tamudo, a dos metros, tiró alto cuando se cantaba el empate: si pilla puerta, juraría que Diego no habría podido reaccionar, pero tampoco lo aseguraría: ese muchacho es un pulpo.

Con poquito. Pero no lo hizo Tamudo. Lo de pillar puerta, digo. Como Luis en el penalti... Uno está en la cola por deméritos propios a estas alturas, pero la suerte nunca fue amiga del pobre en la Liga y esta vez no fue la excepción, para horror de la legión de españolistas que batieron el récord de asistencia de una afición visitante en Vila-real.

Y así, con poquito, el Villarreal ganó este partido engorroso para él pues su cabeza estaba en Atenas, donde le espera su ser o no ser en la Champions. Llegó poco antes y después del gol: Ibagaza, una mano abajo de Kameni ante Nihat y poco más.

Es casi seguro que de no haber sido el Espanyol su oponente no habría cantado victoria. Fue un Submarino que esta vez navegó en tercera, nunca puso la directa, pero la absoluta negación españolista ante puerta vino a socorrerle.