Otro recital de Negredo

Les invito a que disfruten de los pocos partidos que le quedan a Negredo en Almería. Lo van a pretender muchos equipos". La frase es de Hugo Sánchez, que el viernes, en un arranque de sinceridad, comenzó a asumir que la progresión del Animal puede hacerle salir del Almería dentro de no mucho. 15 goles le contemplan. Casi la mitad del total de su equipo. Imponente. Alfonso García ha podido, hasta hoy, frenar las ofensivas que han llegado. Pero Negredo lo pone cada día más difícil. Ayer agarró dos pelotas en el área y las hundió en el corazón azul del Getafe. Era la fiesta de los Uche. Pero en Almería no hay fiesta en la que Negredo no sea el dueño de la pista. El Mediterráneo tiene líder. Mucho Negredo.

No fue el Animal, sin embargo, el primero que captó la atención de los focos. Lo hizo Guerrón, cuyo concurso estuvo en duda hasta última hora y que aprovechó un remate de Soldado que despidió el larguero. Ocho años después marcó un ecuatoriano en la Liga (el último había sido Kaviedes). Le complicó mucho el arranque el Getafe al Almería. Casquero y Polanski ahogaban la salida rojiblanca y Guerrón hacía daño por la derecha. Pero no siguió un avance de Mané, que también le ganó a Cortés, alcanzó la línea de fondo, alzó la mirada, le puso un lazo al balón y se la dejó suave a Negredo en la frontal del área pequeña. 1-1. Ahí se acabó la superioridad del Getafe, que no estuvo en ningún momento a merced del rival. Pero tampoco volvió a estar cómodo. Casquero comenzó a sentir mucho más encima a Juanito y Polanski perdía presencia. El Almería iba a más. Mordía. Multiplicaba el ritmo y la intensidad de su fútbol. Corazón. Esa ha sido, quizá, la mejor aportación de Hugo.

Aunque todo se hace mucho más sencillo con un Negredo en tu equipo. Más cuando el partido se atasca. Almería y Getafe se dejaron gran parte de su inspiración en el entreacto y el partido se emborronó. Entonces emergió nuevamente la figura de Negredo en la frontal. Controló con su poderosa zurda, se giró y disparó. El balón pegó en Cata Díaz y despistó a Jacobo. 2-1. Uno de los aspectos que distinguen a los buenos de los menos buenos es que la fortuna tiende a buscarlos con más asiduidad. Negredo ya se había hecho el amo de la tarde. Kalu corrió a abrazarle. Con los tres puntos en el bolsillo, aceptó sin rechistar el cambio de papeles. Más trabajo le costó digerirlo a Ikechukwu. Cata quiso rehacerse del infortunio en el 2-1 y estrelló un balón en el larguero tras una mala salida de Alves, que acabó lesionado. A Víctor y a su Getafe sólo le quedan tres jornadas en marzo para acercarse o superar los ocho puntos planteados como objetivo. El descenso acecha. Más lejos le queda al Almería, que sonríe de la mano del héroe de la fiesta.