NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Liga Adelante | Tenerife 3 - Celta 0

Sinfonía del fútbol

Los blanquiazules borran del campo a un Celta sin alma

Manoj Daswani
<b>ÉXTASIS. </b>Los jugadores del Tenerife forman una piña alrededor de Alfaro tras anotar el tanto que inauguraba la contienda.
ÉXTASIS. Los jugadores del Tenerife forman una piña alrededor de Alfaro tras anotar el tanto que inauguraba la contienda.miguel barreto / acan

Baste con decir del partido de ayer que debieron ser mucho más los goles del Tenerife, para llegar a la conclusión de que fue el duelo ante el Celta la contienda más desnivelada de todas las que se han jugado en el Heliodoro esta temporada. Comparecieron sobre el césped no sólo dos equipos de fútbol, sino también dos estados de ánimo. Contrapuestas, la osadía blanquiazul se comió con fruición a la apatía celeste. Pareció un batallón rendido el cuadro de Pepe Murcia, culpable directo de una revolución sin efecto en este Celta sin rumbo.

Seis minutos duró al técnico andaluz el experimento de acumular hombres en la medular para contener a un Tenerife que salió en tromba. Alfaro, reencontrado con su versión más estética y productiva, dio el primer golpe al rival en una acción para enmarcar, sublime, que halló recompensa a la belleza de su disparo. No pudo hacer más que aplaudir un implicado Notario, único jugador visitante junto a Edu Moya que dio la cara para aplacar lo que era un vendaval.

No había alma en las huestes celtiñas, así que poco podía esperarse de su frágil oposición a un Tenerife egregio, que acumulaba méritos para ganar pero también para reafirmar su posición de dominio. En el partido, claro, y también en la clasificación.

Es el de Oltra un equipo que da miedo e infunde respeto, y así lo corroboró de nuevo con la celeridad con la que despachó la misión de liquidar el envite. Con el partido siempre en campo contrario, el cuadro isleño no sufrió ni la más mínima dificultad en la retaguardia y tuvo ocasiones a granel para definir al ataque. La siguiente al 1-0 sirvió para cerrar el partido en un cabezazo certero de Luna que le dio su segunda diana. Imbuido en una imparable progresión geométrica, no deja de progresar el argentino en todos los ámbitos, también en el ofensivo.

A los dos tantos iniciales siguió un aluvión de oportunidades claras. Nino, Richi y Ricardo lo intentaron sin la suerte de sus compañeros goleadores y sus respectivos intentos de marcar no encontraron sitio en las redes de Notario.

Tal y como estaba el partido sólo faltaba al Tenerife la aparición del pichichi. El encuentro había caído en intensidad y plasticidad, pero no acabó el asunto hasta que emergió la figura de Nino para dejar su impronta. Fue en una jugada sensacional, donde cabe consignar a Juanlu su correspondiente cuota de mérito con un servicio de alcurnia. Lo embocó el de siempre, desagallado en su afán por intervenir en la particular bacanal blanquiazul a costa de un rival sin pegada, sin espíritu, y casi que sin entrenador. Acabó la tarde con la afición entregada, dándose a la fiesta. Fue para el Tenerife, otro día feliz.