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LIGA ADELANTE | MURCIA 1 - ZARAGOZA 4

El Zaragoza pesca en el caos grana

La afición acabó abucheando a sus propios jugadores.

El Real Zaragoza ganó al Real Murcia en la Nueva Condomina (1-4) un partido en el que los hombres de Marcelino García Toral sacaron partido del caos grana, sumido en una crisis económica e institucional que pagaron los futbolistas, que se vieron ampliamente superados por la situación y el rival.

Los hechos se precipitaron sobre todo en una segunda parte en la que encajaron tres goles y la afición acabó abucheando a sus propios jugadores.

El equipo blanquillo no ocultó sus cartas en ningún momento de la partida. Desde el primer minuto los visitantes mostraron personalidad y hechuras, haciéndose pronto con el control del juego y protagonizando las primeras aproximaciones al área murcianista, aunque sin claridad.

El Murcia, un equipo que se siente cómodo cediendo la iniciativa y buscando sus opciones al contragolpe, encontró vías de agua en la salida del balón rival, y un balón robado por Ángel Montoro en el minuto 12 pudo convertirse en el primer gol grana, pero el joven valenciano no estuvo fino a la hora de poner el balón desde la derecha hasta el corazón de área, donde esperaban, solos, Dani Aquino y Adrian Sikora para el remate.

Los dos equipos se lanzaban golpes más o menos inofensivos como en un combate de boxeo hasta que en el minuto 18 el lateral zurdo Paco Peña perdió un balón, Ewerthon se lanzó como una exhalación hacia la línea de fondo, y envió el balón hacia el punto de penalti, donde Gabi esperaba para fusilar. En su camino se cruzó Xisco Campos, quien se pasó de frenada llevándose por delante al extremo argentino. El juez de línea levantó el banderín y Ewerthon no falló desde los once metros.

El tanto propició un cambio de roles con respecto a lo que estaba siendo el partido. Viéndose con ventaja, el Zaragoza cedió el control al Murcia, que se vio obligado a demostrar más ambición de lo que había hecho en los primeros veinte minutos.

Sin embargo, el conjunto grana demostró que esta es la faceta en la que más carencias tiene, encontrando verdaderas dificultades para trenzar una jugada con tres pases seguidos. Así las cosas, el equipo de José Miguel Campos sólo vio de cerca a López Vallejo en el minuto 29, cuando Movilla sacó una falta desde la frontal y Núñez, libre de marca, la cabeceó unos centímetros por encima del larguero.

La ausencia de creación murcianista quedó patente de nuevo en el 37, cuando otro balón sencillo perdido en la zaga permitió a Arizmendi robar otro balón y encarar la meta de Elia. El madrileño se la dejó a Leo Ponzio, quien, desde la frontal, envió un trallazo que se estrelló contra el larguero.

Durante esta fase, el Murcia lo pasó verdaderamente mal, aunque, con el primer tiempo ya cumplido, el conjunto grana consiguió reconducir la situación. Sikora cabeceó un balón que López Vallejo salvó de forma casi milagrosa, pero al rechace llegó Montoro y éste, tras un recorte, consiguió batir al portero. Con 1-1, todo quedaba por decidir en la reanudación.

Sin embargo, el conjunto zaragocista dejó las cosas claras tras el descanso. En el primer córner del que dispuso, Caffa puso el balón en la cabeza de su compatriota Fabián Ayala, quien envió el balón a las mallas con un precioso remate.

De nuevo por delante, los visitantes cerraron filas, reforzando el medio del campo con la entrada del joven y prometedor Ander Herrera, cediendo al Murcia toda iniciativa y fiando a la velocidad de sus hombres de arriba la sentencia del partido.

Ni acuciado por la necesidad del resultado, el Murcia encontraba la manera de conectar su medio campo con su delantera, y la mayoría de sus tímidos intentos acababan en pérdidas de balón, pases imprecisos o balones largos que atrapaba López Vallejo sin dificultad.

El tercero para el Zaragoza pudo llegar en el 70, cuando en una nueva jugada a balón parado, Caffa envió un centro que cabeceó Chus Herrero y que Elia despejó de manera providencial.

Pitada a Aquino

Poco después, el entrenador Campos decidió quitar a Dani Aquino para dar entrada al uruguayo Matías Alonso. La afición despidió al delantero, de 18 años, con una pitada monumental, en parte por su lamentable partido, en parte por las polémicas declaraciones realizadas últimamente por el jugador, en las que se mostraba dispuesto a "tapar la boca" a todos aquellos que le critican.

En pleno desquicie grana, Arizmendi volvió a robar un balón, pasó sin oposición ante la defensa grana, y cedió a Zapater un pase entre líneas para que éste marcara a placer. Tan sólo cuarenta segundos después, el propio Arizmendi se plantaba ante Elia y le batía sin oposición para establecer el 1-4 definitivo.