La Premier exhibe su poderío en la Champions

La táctica utilizada por el Inter de Milán tras diez fantásticos minutos de fútbol del Manchester United el pasado martes describe perfectamente lo que los equipos europeos sienten al enfrentarse a los cuatro grandes ingleses. Lo explica el portugués José Mourinho con una humildad poco habitual: "Si hubieran marcado en la primera parte, la situación hubiera sido muy complicada para nosotros. No es fácil pedirle a tu equipo que se retrasen y defiendan para bloquear el ataque del Manchester, pero es que si no, nos hubieran matado". Este es el mismo Mourinho que en el prepartido comparó a Ibrahimovic con Cristiano Ronaldo e intentó vencer la batalla dialéctica equiparando los recientes logros del Inter con los del Manchester United. Cuando la pelota empezó a rodar, un planteamiento de tú a tú dio paso en seguida al reconocimiento de inferioridad al que obliga este Manchester, quizá la mejor creación de Alex Ferguson desde que el entrenador escocés se hizo cargo del United, hace más de 22 años.

Su Manchester bate récords al no haber perdido en los últimos 20 partidos de Champions, por cierto. Aunque Giggs, Cristiano Ronaldo o Ferdinand se lamentaron públicamente de no haber plasmado su superioridad futbolística en el marcador, la sensación que se tiene en Old Trafford es que, con un poco de más suerte, es imposible que se escape la eliminatoria.

Con ser bueno, el del United fue el peor resultado inglés de la jornada: los otros tres equipos ingleses vencieron. Las reacciones tras las victorias del Liverpool, la del Chelsea y el Arsenal fueron similares a las de los red devils, y ya nadie puede hablar de casualidad cuando se recuerda que, el año pasado, tres de los cuatro semifinalistas de la Champions League eran ingleses, y en esta edición son de nuevo los máximos favoritos al título. Nadie, ni aquí ni en Inglaterra, ha cuestionado la superioridad de los de Rafa Benítez e incluso desde el propio club blanco se ha realizado un ejercicio de encogimiento de hombros generalizado: es cierto que el Liverpool se cerró atrás, se analiza, pero nosotros no tenemos mucho más de lo que se vio y no se puede sacar de dónde no hay.

Rocosidad inglesa. La presencia física del Liverpool fue superior, tácticamente estuvieron impecables y, sin Steven Gerrard o un Fernando Torres muy mermado, les faltó calidad en el ataque, algo que debería recuperarse en Anfield. "Ahora vamos a Liverpool a ganar, es como una final. Y si no ganamos, es porque no merecemos pasar", se dice en la Casa Blanca. El Telegraph recordó que Juande Ramos "ha vuelto a descubrir la tenacidad y dureza de la liga inglesa" y que continúa el misterio de un Liverpool de dos caras, "al que se le acusa de no tener la suficiente calidad en la liga doméstica, pero que sin embargo en Europa gana un partido gracias a un gol y a una actuación estelar de Benayoun. Igual es que los equipos ingleses nos hemos vuelto demasiado buenos para los europeos".

El Chelsea superó a la Juve 1-0 y Guus Hiddink hizo un ejercicio de autocrítica que siempre sienta mejor si previamente se ha conseguido la victoria. "Perdimos la iniciativa tras marcar el gol, nos retrasamos y se crearon huecos entre la defensa y el centro del campo". A continuación, el técnico holandés, que ha relevado a Scolari hace apenas unos días, describió lo que en otra época se hubiera dicho de un conjunto italiano: "Empezamos bien, defendimos bien y estuvimos muy bien organizados al margen de ese bajón".

Máxima exigencia. El jovencísimo Arsenal, quizá el peor de los cuatro equipos ingleses del momento, convirtió al Roma en un mediocre sparring y el 1-0 les supo a poco después de dominar totalmente: la Premier se mide por unos parámetros muy exigentes. La sensación de rocosidad del Liverpool dejó un poso de amargura en el Madrid, que al marcador adverso añade la sensación de que remontar en Anfield se convertirá en una empresa muy difícil, habida cuenta del poderío mostrado por el equipo de Rafa Benítez. "Físicamente son superiores a nosotros", apuntó en privado un jugador del equipo blanco. "Y si además nos igualan en lo táctico y son capaces de fichar a un Cristiano o un Torres cada año, no veo cuando va a acabar su hegemonía".