Internacional | Inglaterra
Gascoigne: "No paraba de beber, pedía pintas para mis loros, quería pegarme un tiro"
El jugador inglés relata en 'The Sun' cómo pasó el peor año de su vida, entre alcohol y drogas y al borde de la locura.
El ex campeón birtánico, Paul Gascoigne, ha concedido una extensa entrevista al diario inglés 'The Sun' en la que relata con todo detalle el infierno por el que ha atravesado este último año.
El jugador perdió la cabeza, bebió sin parar durante seis semanas seguidas, esnifó cocaína en el baño de una discoteca, acarició la idea del suicidio y transformó a sus dos loros falsos en amigos imaginarios.
"Me precipité en un abismo, pero el futuro pinta bien para mi. No puedo decir que ya no bebo, pero sí que hoy no he bebido y espero que mañana tampoco. Gascoigne lleva un tiempo internado en el hospital Sporting Chance de Tony Adams y parece haber dado buenos resultados para la ex estrella del Tottenham y Lazio. Todo comenzó cuando salió del hospital en 2007. Allí no probaba una gota de alcohol. Sin embargo, al llegar a su casa, se dio a la bebida para superar la soledad. Fue el principio del fin.
"No recuerdo cuándo ni por qué empecé a beber, sólo que era Navidad y quería pegarme un tiro. Empecé con un par de copas de vino y no paré. Después de un semana, ya no era capaz de cuidar de mí mismo, así que me trasladé al Hotel Marriot en Gateshead, donde bebi de todo, desde botellas de vino a la ginebra del minibar. Fue entonces cuando comenzó mi adicción a la Wii; a partir de ahí, jugué casi 24 horas, siete días a la semana. No podía parar, ni dormía ni comía; no salía ni siquiera unos minutos. Me había convertido en imbatible y reté al personal del hotel. De hecho, llegué a llamar al sevicio de habitaciones para tener a alguien contra quien jugar", aseguró Gascoigne. Después de cuatro semanas en estas condiciones, el hotel le pidió que se marchara y se trasladó al Malmaison, donde se dedicó a lo mismo.
"Estaba en una habitación diferente, pero los problemas eran los de siempre. No sólo bebía como una esponja y jugaba a la consola, también hacía cosas increíbles como llamar a mi padre y decirle que fuera al Madison Square Garden para jugar al ajedrez contra Bush y Clinton. Yo estaba fuera de mi y no quería salir de mi casa.En un momento dado, empecé a considerar a dos loros de juguete como amigos reales. Incluso una vez pedí tres pintas de cerveza: una para mí y una para cada uno de ellos", confesó.
"No podía creerlo, de héroe nacional a un hospital psiquiátrico"
Su estancia en el Malmaison concluyó a petición del director del hotel, que estaba harto de los comportamientos exasperados con el resto de los clientes. Más tarde, cuando Gascoigne trató de registrarse en el Hilton, la policía le detuvo y fue internado en el hospital de Saint George.
"No podía creerlo, de héroe nacional a un hospital psiquiátrico. Nunca sentí tanta vergüenza de mi mismo como en ese momento", explicó al rotativo. En realidad, hay otro episodio del que la estrella del fútbol se avergüenza: cuando consumió cocaína en los baños de una discoteca. "Inmediatamente después de hacerlo, me sentí muy decepcionado a mí mismo y me hizo estar aún peor. Siento haberlo hecho, pero la única manera de superarlo es reconocerlo. Sé que he decepcionado a mi familia, a mis amigos y a mis fans, pero estoy orgulloso de haberlo confesado todo, pensando que ya es pasado y no se repetirá más", subrayó. Después de estar ingresado doce días, se le permitió marchar a casa de su padre en Gateshead.
En el mes de mayo, Gascoigne fue encontrado en la bañera del hotel Millenium en Londres y él negó la intención de suicidarse. Entonces, la familia decidió volver a internarlo y al principio parecía que mejorarba, incluso en sus relaciones con su ex mujer Seryl. Sin embargo, en verano tuvo una violenta discusión con ella y se fue de gira con los 'Iron Maiden'. Tales eran sus condiciones, que los miembros de la famosa banda, asustados, le hicieron regresar a su casa, donde su propia familia se negó a aceptarle.
La escapada del futbolista a Portugal fue un desastre. En un primer momento, 'Gazza' permaneció encerrado durante 18 días en un hotel sin tocar el alcohol, pero una vez que salió estuvo 48 horas bebiendo y terminó de nuevo en el hospital. Volvió a Inglaterra y su familia le refugió en una clínica especializada en desintoxicación. Paul Gascoigne lleva tres meses sobrio y está buscando casa, pero no olvida el infierno pasado.
"No quiero revivir lo pasado y sé que tengo que luchar para alcanzar este desafío todos los días del resto de mi vida", concluyó.