Liga de Campeones | Real Madrid - Liverpool
Gerrard se entrenó ayer y aterriza hoy en Madrid
Benítez prefiere no forzarle y medita darle sólo unos minutos
El mejor Real Madrid de la temporada se va a ver las caras con un Liverpool dubitativo que viaja esta mañana hacia la capital con la necesidad de volver a casa con algo del crédito perdido. El empate ante el Manchester City, que le deja a siete puntos de un Manchester United lleno de confianza, ha envuelto el entorno del club de un halo de frustración y desencanto que puede ser exagerado, pero que afecta tanto a futbolistas como a medios de comunicación y afición.
Las expectativas generadas tras un inicio de temporada espectacular se antojan ahora excesivas, pero la hinchada, muy fría en Anfield el domingo, está de uñas con un club que avanza lentamente en su lucha por conseguir el título doméstico y que no genera suficientes recursos para mejorar al mismo ritmo que el Manchester u otros. No se salva nadie: en la grada también hay quien duda de Rafa Benítez. En medio del huracán de emociones, el preparador español está tranquilo. Posiblemente disgustado con las prestaciones de un equipo al que le faltó pegada el domingo, pero encantado con la posibilidad de ir con piel de cordero al Bernabéu. En circunstancias similares viajó a San Siro y al Camp Nou en ediciones anteriores de la Champions y acabó ganando.
La decisión sobre Steven Gerrard está prácticamente tomada y, pese a las sensaciones positivas que dio la semana pasada, da la impresión de que Benítez va a preferir no arriesgar tras tener al centrocampista tres semanas en el dique seco. Si el partido se jugara hoy, el capitán del Liverpool sería suplente, el planteamiento del partido sería de desgaste y se contaría con el futbolista en la última fase del encuentro. Gerrard sólo ha entrenado con el grupo en dos ocasiones y Benítez teme el peligroso cocktail de las ganas que tiene el jugador de participar, unido a su falta de preparación. Ayer realizó unas pruebas en Melwood y salió todo bien, pero Benítez entiende que el partido dura 180 minutos. Y que se ganó al Manchester United sin él, por ejemplo. "Lo tenemos en la convocatoria", anunció Benítez ayer. "Entrenó bien por la mañana. Era una sesión especial, así que no le hicimos que forzara al cien por cien. El martes veremos cómo está".
Hay elementos objetivos que descubren un equipo que no está en su mejor momento. Dos victorias, cinco empates y una derrota es el bagaje desde principios de enero, cuando se reforzó el trabajo físico con vistas a acabar la temporada a tope, como de costumbre. De repente, según se vio ante el City, el único jugador que vuela es Fernando Torres, mientras al resto le pesan las piernas.
Saturados.
Es también la consecuencia de la intensa lucha por el título: en años anteriores, a estas alturas, el Liverpool no tenía opciones en la Premier y Benítez podía rotar. Ahora, con catorce jugadores titulares y el resto bajos de forma o sin la suficiente calidad, el preparador español ha repetido alineaciones y el equipo se encuentra un poco saturado. En las últimas semanas, Lucas Leiva, Mascherano, Dossena, incluso Riera, se han llevado las peores críticas de la Prensa y afición, que esperaban más de un conjunto líder de la Premier cuando se hizo el sorteo de octavos. Si Gerrard no juega, quizá le toque a Benayoun, de momento el jugador más creativo del equipo, hacer de mediapunta con Kuyt y Riera o Babel en las bandas. La duda en la izquierda del ataque parte de una pregunta: ¿quién puede crear más problemas a un Sergio Ramos ofensivo? Torres estará solo en punta, así que, como es habitual fuera de Anfield, el Liverpool tendrá a cinco centrocampistas. Volverá al equipo titular Xabi Alonso, que estaba sancionado el fin de semana, y Fabio Aurelio, que no empezó el partido ante el Manchester City.
Retoques.
Siempre cabe una pequeña sorpresa, porque Benítez, que ha jugado tres semifinales en cuatro años en el Liverpool, sabe mejor que nadie cómo buscar las cosquillas a los grandes. El Liverpool ganó al Barcelona en su campo con Riise, Finnan, Sissoko o Bellamy, así que la táctica y la sorpresa, más incluso que el personal, siempre ha jugado un papel esencial en el reciente éxito del club inglés. El Liverpool se hospedará en el Ritz, extrañamente céntrico para un equipo que suele buscar la tranquilidad. Entre visitas de amigos, entrenamiento, conferencia de prensa y demás, no le dará tiempo a Benítez a pensar sobre su futuro. El contrato está casi a punto, pero la duda que le queda es saber si vale la pena seguir en un club que requiere de un altísimo porcentaje de aciertos en las decisiones para seguir estando en la élite. Igual una victoria mañana en el Santiago Bernabéu, ante el Real Madrid, le ayuda a decidirse definitivamente.