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Liga Adelante | Las Palmas

Ramírez anestesia la crisis con su manual

La convocatoria de emergencia desarrollada el sábado en las entrañas del Gran Canaria volvió a rescatar la versión más constructiva y vitalista del presidente, blindado al tremendismo. Reclama reacción con mano izquierda.

Ignacio S. Acedo
<b>DE MAL EN PEOR. </b>Pablo, Sergio y Nauzet, cabizbajos, camino del vestuario tras la última derrota.

Miguel Ángel Ramírez protagonizó el pasado sábado un memorable ejercicio de contención. La indignación de los seguidores, la mirada perdida (en algunos casos hasta llorosa) de los jugadores, gesto facial desencajado de Juanito, explicaciones reiterativas de Vidales... Nada perturbó el protocolo del presidente, quien se maneja en los extremos como nadie. Es un maestro en el vértigo. Ante los micrófonos, mensaje sereno y entero, sin caer en conclusiones populistas ni precipitadas. Ramírez multiplicó panes y peces en un páramo. Descartó destituciones por creencia y convicción, reforzó su opinión de la plantilla pese al alud de censuras y solicitó paciencia. No se trató de un paroxismo. Predicó de puertas para afuera y, ya en el vestuario, frente a frente con su gente, mantuvo el hilo argumental.

No hubo reproches a los futbolistas. Su mensaje fue exigente pero también tierno. Llegó al corazón de los presentes insistiendo en semánticas positivas y constructivas. Palabras terapéuticas cuando lo fácil era hacer sangre. Miguel Ángel Ramírez salió reconfortado del intercambio de impresiones en la intimidad. Cree en el compromiso que le hicieron ver los profesionales y está deseando que llegue el partido ante el Hércules. Ahí espera el rugido.

Con los capitanes como portavoces más autorizados, el mensaje que la cúpula de la entidad ha recibido alimenta las esperanzas de reacción. No hay bandera blanca en la caseta y sí se percibe la implicación necesaria para romper cadenas y salir a flote. El gesto que justifica la certeza institucional de que habrá un antes y un después de este cónclave de emergencia es la autocrítica instalada en cada uno de los integrantes del equipo

"Esto lo vamos a sacar adelante sin ningún género de dudas. Tenemos muchísima rabia contenida y sabemos que ha llegado el momento. No me gustaría estar ahora en la piel del Hércules". El razonamiento es de un jugador titular indiscutible que ayer estuvo en el Guiniguada para ver el partido entre el Villa y el Murcia B. Sostiene que como él piensan los demás. Y eso no lo cuestiona ni el presidente, que lejos de regalar los oídos, selecciona muy bien sus elogios y reprimendas. En este caso, fía todo su crédito al orgullo y competencia de un grupo en el que sigue creyendo. Pese a la que está cayendo.