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Liga BBVA | Mallorca 1 - Racing 0

Jurado y Carballo pueden con Toño

La perla local marcó de riguroso penalti en el 88'. En el 49', el árbitro expulsó injustamente a Garay. El portero del Racing, vital. El Mallorca fue mejor.

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<b>DECISIVO. </b>Keita saltó a pocos minutos del final y supuso un revulsivo para el Mallorca. En esta acción remata de forma acrobática ante la oposición de Pinillos.
DECISIVO. Keita saltó a pocos minutos del final y supuso un revulsivo para el Mallorca. En esta acción remata de forma acrobática ante la oposición de Pinillos.

Cuando un árbitro se equivoca en una acción puntual, molesta y condiciona. Nada más. El enfado se evapora pronto. Todos fallamos por nuestra propia condición humana y nadie está exento del pecado. El problema surge cuando los gazapos del colegiado nacen en el primer minuto del partido y se extienden hasta su prolongación. Ahí, hay dos pronósticos para el enfermo: la ineptitud o la maldad. No me atrevo a señalar cuál de las dos se dieron ayer en Palma; si se alternaron o complementaron. Lo que si atino a pronunciar es que erró con el Mallorca alguna vez, castigó al aficionado hasta su desesperación y fulminó al Racing. Nunca me hubiera gustado pensarlo ni escribirlo porque dirigir un partido, como el tráfico, es complicado y peligroso. Pero mucho menos apetecía presenciarlo.

Que un encuentro limpio como pocos finalizara con diez amonestados, tres expulsados y con Pedro Alba (el preparador de porteros más tranquilo del mundo) alterado, lo dice todo. Los acontecimientos no fueron para menos. Garay vio la roja en el minuto 49 por una carga legal a Aduriz en el borde del área pero la caída del delantero, obligada y llamativa, alarmó al trencilla. El Racing se quedó con diez y aún no había vivido su peor pesadilla. En los últimos minutos, con el Mallorca volcado en busca de la victoria, éste se vio beneficiado por un par de corners consecutivos que no eran: uno porque ni Toño ni su sombra tocaron un latigazo de Keita; y el otro porque Zigic, que había despejado un centro desde la banda, fue objeto de falta. En esa injusticia se originó el gol.

En la jugada decisiva, a cuatro minutos del final, Jurado sacó en corto a Webó el saque de esquina ilegítimo. Toni Moral defendió con más bravura de la debida y, al no tener visibilidad por el cuerpazo del camerunés, se abalanzó sobre él. Hubo contacto pero nula intención. La decisión de penalizar la jugada llamó la atención de todos. La pena máxima la lanzó Jurado y, tras la consiguiente parada de Toño, la perla enmendó su error.

Injusticia merecida.

El 1-0 subió al marcador en una jugada injusta pero, contradictoriamente, premió al que más lo buscó. Porque una cosa no quita la otra. El equipo de Manzano fue mejor, tuvo más ocasiones y coronó a Toño como el jugador más decisivo del partido. Los motivos son numerosos y también variados. El conjunto bermellón salió más enchufado que su adversario y, fruto de su ambición, gozó de dos claras ocasiones de Jurado. En ambas, la defensa verdiblanca hizo aguas, localizándose los mayores charcos en la parcela que iba de Garay hasta Valera. Después, Aduriz tuvo un mano a mano y, por último, Arango estuvo cerca de atinar con un tiro seco y cruzado. Sólo se llevaban 18 minutos disputados, pero el Racing seguía vivo gracias a su portero. Quizás por ese liderazgo, el bueno de Toño ya siempre juega con una maglia rosa.

El Racing despertó gracias a Toño, sí, aunque también por méritos de Colsa, que pidió el balón que nadie quiso y lo jugó con precisión. Con su empuje, el Racing fue llegando poco a poco. Y con más peligro. Garay gozó de una falta al borde del área que silbó uno de los palos y Pereira tuvo una de las oportunidades de siempre que aún no acierta a transformar.

La reanudación confirmó la mejoría cántabra y, ya con diez, nos recordó que la filosofía de Helenio Herrera define con precisión al Racing. Este equipo sigue brillando más sin balón, a la heroica, fuera de casa y en escenarios de tronío. Por eso, en inferioridad no sufre. Sonríe. Prueba de ello es que Munitis estrelló un cabezazo en la madera. Sin embargo, la necesidad del Mallorca, que ya asoma del pozo, le hizo al final dueño del balón. En ese tramo encontró su fin. Aunque los medios utilizados no fueran los soñados.

El Racing cayó de pie, pero cayó. Y su herida, tras el horroroso viaje hasta Mallorca, tardará en cicatrizar. Marcano y Navas están lisiados, Muñiz y su escudero fueron expulsados y, en el descuento, el colegiado enseñó la quinta amarilla a Zigic. Sólo falta que las ensaimadas se compraran caducadas.

El detalle. Hubo homenaje a Rafa Nadal

Rafa Nadal fue homenajeado antes de comenzar el partido. El tenista, número uno del ránking mundial, recibió la Medalla de Oro del Mallorca como el mejor deportista de todos los tiempos. El mallorquín recogió el galardón vestido con la camiseta del club local y acompañado de su entrenador, Toni Moral, así como de su tío, el ex futbolista Miguel Ángel.