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Liga Adelante | Elche 2 - Zaragoza 0

La mentira de todo el año

El Elche también le pintó la cara al Zaragoza. Sexta derrota fuera de casa. El equipo cae a la cuarta plaza. El mensaje de Marcelino ya no llega

<b>UNA NUEVA DECEPCIÓN.</b> Alberto Zapater, Paco Pavón y Rubén Pulido muestran su impotencia tras una acción del encuentro de ayer.
UNA NUEVA DECEPCIÓN. Alberto Zapater, Paco Pavón y Rubén Pulido muestran su impotencia tras una acción del encuentro de ayer.

Ni virtudes renovadas ni reacción de ninguna clase. La misma mentira de toda la temporada. Pasan los meses y los partidos y el Zaragoza está cada vez más lejos del ascenso. En juego y también en resultados. El pleito de Elche, fundamental para relanzar de verdad su candidatura, reveló de nuevo la mediocridad del Zaragoza y el desconcierto de un entrenador al que desde el principio le ha venido muy grande el reto. Se diga lo que se diga, su mensaje ya no llega. Y eso es lo peor que le puede pasar a un técnico que tiene la obligación de que su equipo gane casi todos los partidos.

El humo interesado y ventajoso de las excusas ya no puede ocultar la realidad. El Zaragoza ha venido sobreviviendo arriba durante los últimos tres meses gracias a su solvencia en La Romareda, pero su media nunca ha sido de ascenso. Ahora mismo es un equipo en cuarto menguante, decreciente, repleto de problemas y con poco a lo que agarrarse. Marcelino habla ya con un desapego que asusta y los jugadores, salvo honrosas excepciones, están absolutamente sobrepasados por el desafío. La cosa pinta muy mal. Y no sólo porque el equipo cayera ayer a la cuarta plaza. El Zaragoza, fuera de casa, no le gana a nadie, y así es imposible regresar a Primera.

El partido de Elche era en gran mediad un banderín de enganche, pero la deserción fue absoluta. El equipo tuvo cierto control del juego en la primera parte, pero sin ningún alarde: el Zaragoza tardó casi media hora en amenazar de verdad la portería del Elche. Fue en una apertura larga de Gabi, que Songo'o puso desde la derecha al primer palo; ahí, entre los centrales, apareció Ewerthon como una centella, pero su remate se fue muy alto. Nada más de provecho. Pudo parecer que el Zaragoza controlaba el partido, pero Willy Caballero pasó una primera parte muy plácida.

Saúl abre la herida. El Elche, que arrancó nadando poco y guardando mucho la ropa, tampoco acumuló méritos sustantivos, pero se encontró con un gol a tres minutos del descanso. Demasiado premio. Y todo un regalo de Paredes, que cerró tarde y mal y dejó abierto el carril del '7' clásico para que Saúl abriera la cuenta de los franjiverdes. El gol lo gestó Santos, azote toda la tarde, desde la izquierda y lo culminó Saúl, completamente solo, en dos tiempos: control con el pecho y derechazo cruzado al ángulo. A López Vallejo le botó delante y ya no hubo solución. 1-0 y sin tiempo para nada más, todos a la caseta.

La segunda parte ya fue otro cantar. Otro cantar mucho peor. El gol encogió definitivamente al Zaragoza y le inyectó convicción al Elche, que pasó a dominar por completo la situación. Y a acercarse al área de López Vallejo cada tres o cuatro minutos, cada vez con mayor peligro. Nada que no hayamos visto ya esta temporada fuera de casa. Lo mismo que en Gerona, Vigo o Córdoba.

A media hora del final, Marcelino volvió a intentar la de Anoeta y sacrificó a Zapater en beneficio de Caffa. Es decir, tres centrales (Pavón, Pulido y Paredes), Songo'o y Caffa, muy abiertos y Herrerita, ayer titular, como media punta. Hubo un atisbo de mejora, pero enseguida Santos hizo más grande la herida. El Elche volvió a insistir otra vez por la banda izquierda y le salió redondo. Santos le ganó en carrera en un balón largo a Pavón y le hizo la rata a López Vallejo por debajo de las piernas. 2-0. Y todo resuelto. Porque el Zaragoza no tuvo ningún atisbo de reacción. Todo lo contrario. Entraron Ponzio y Braulio a la desesperada, pero el equipo ya estaba definitivamente rendido. Rendido y confundido. Sin soluciones en el campo ni el banquillo. Mal asunto. Las alarmas ya se han disparado. El Zaragoza acabó tan descompuesto que hubo ocasión para los reproches a vista todos, como esa bronca que le echó Pulido a Ewerthon reclamándole más ganas.

Basta de mentiras. No. El Real Zaragoza de Marcelino no funciona. No lo ha hecho nunca en esta temporada. Lo de Anoeta fue sólo un espejismo.