Vuelta a la dura Real-idad

Ni en Donosti, ni mucho menos en Murcia, se ha hablado esta semana de fútbol. Los vascos andan metidos en polémicas con el colectivo arbitral (que si me quitan de aquí y de allí) hasta el punto de que su presidente Aperribay se reuniera ayer con Sánchez Arminio. Se sienten dolidos, dañados, pero la punzada no fue tan fuerte como la de la entrada en la Ley Concursal. Una dura realidad a la que se enfrenta ya el murcianismo, a los días de apretarse el cinturón, de no saber si el día 1 llegará la nómina, de si habrá despidos y renegociación de contratos...

Por todo ello, y por que encima el Murcia viene de perder dos partidos seguidos, es imposible exigir a los grana que estén centrados del todo. A lo sumo, que den la cara, objetivo marcado por un Campos sabedor que toca luchar por la permanencia, que no es poco en los tiempos que corren. Para este choque recupera a Mejía y también tendrán su oportunidad Capdevila y Marcinho. El primero purgó en Valencia una sucesión de malos partidos y el segundo, el brasileño, es llamado a filas para apretar los dientes en la medular y tratar de frenar a los cerebros que Lillo sitúa entre líneas, donde duele, para dar balones a los siempre peligrosos Xabi Prieto, Marquitos y el mediático Abreu. Junto a Marcio estará Movilla, que el miércoles se puso corbata para su juicio contra el club que le paga por supuesto mobbing. Movi dice que está centrado en lo deportivo, que lo dará todo por el escudo y tal y tal. Amén.

Lillo no se fía. La Real pasa por ser el equipo menos goleado y el que mejor rentabiliza sus tantos. Por arriba sus torres meten miedo y Campos es consciente de ello. Pero Lillo va más allá de todo eso. No quiere hablar de árbitros, es la hora de jugar al fútbol, y encima sabe que el Murcia es un 'teórico' (sólo eso) candidato al ascenso que en una buena tarde puede amargar a cualquiera.

Cuesta hablar de fútbol con la que está cayendo, pero hoy toca, por fin, que los abogados se conviertan en simples aficionados y no en los 'protas' de la película de miedo en la que se ve inmerso el Murcia.

José Miguel Campos: "Hay que transmitir tranquilidad y salvarnos"

"Tenemos que intentar volver a puntuar en casa, ante un equipo que es el que menos goles ha encajado en Liga, por eso debemos tener paciencia. Son superiores a nosotros en estatura y por ello no podemos conceder muchas faltas ni saques de esquina, porque si no lo vamos a pasar mal. Ni antes era excesivamente optimista ni ahora pesimista. Cuando ganamos cinco partidos seguidos se habló de objetivos mayores cuando sabíamos que la situación extradeportiva podía ser complicada. Hay que transmitir tranquilidad y yo creo que el equipo está capacitado para conseguir el objetivo mínimo que es la salvación. Ya sabemos en lo que consiste un Concurso, sabemos los pasos que se van a dar y esperamos que todo se haga lo más rápido posible, sobre todo por nuestro bien".