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Betis 2 - Barcelona 2

Iturralde, Iniesta y Etoo levanta al Barça y Ricardo salva al Betis

Los verdiblancos marcaron dos goles en los primeros 24 minutos. Un discutidísimo penalti metió al Barça en el partido. Etoo hizo dos goles. El meta portugués estuvo insuperable.

Luis Nieto
<strong>PINCHAZO.</strong> El Barcelona no pudo pasar del empate ante el Betis.
PINCHAZO. El Barcelona no pudo pasar del empate ante el Betis.AP

Hay un Barça muy bueno sin Messi y otro invencible con él. Por lo que hace y por lo que acobarda al adversario. Guardiola intenta protegerle de su fragilidad muscular y, amparado en la ventaja de que disfruta sobre el Madrid, le ahorra gasto, especialmente si viene de un partido con Argentina. Lo hizo ayer en el Ruiz de Lopera y no le salió gratis. El Betis tuvo el partido, pero Iniesta, Etoo e Iturralde protegieron la invulnerabilidad blaugrana. El Madrid, al fin, encuentra un clavo ardiendo. Un heroico Ricardo estuvo de su parte.

El gol es una bendición contagiosa. Al Betis lo ha traído Oliveira, encargado de equiparar el juego del equipo a su eficacia, y cunde el ejemplo. Según la opinión general, la tropa de Chaparro lleva viviendo por debajo de su fútbol toda la temporada y ha bastado un fichaje invernal para revitalizar su fe y su buen ojo. Incluso cuando el recién llegado no marca. También ayudó la suplencia de Messi. Sin él, el Barça entregó una banda (Alves no da para tanto y Hleb no estuvo para casi nada) y gran parte de su capacidad de intimidación. Lo entendió pronto el Betis, que se atrevió a meter a Mark González en lugar de un segundo lateral izquierdo (Monzón), que presionó al Barça muy arriba para no ahorrarle la transición y que afinó mucho al trazar el fuera de juego en la frontal de su área. Así se protegió del primer arreón del Barça, resumido en dos pelotazos lejanos de Xavi y Alves. Juanito, el faro verdiblanco, se probó en el calentamiento y no se atrevió a decirle a Chaparro que no estaba para jugar. A los ocho minutos ya andaba camino del vestuario. La voluntad no lo cura todo.

El partido lo cambió la estrategia. Emaná, cuya arrancada de búfalo le coloca a la altura de Alves, templó bien un córner desde la izquierda y Melli emergió cerca del punto de penalti para cruzar de cabeza al palo contrario. El Barça defendía sin Puyol ni Márquez, dos centrales cuya reputación atemoriza. Piqué y Cáceres aún no les alcanzan. Siete minutos después volvió a picar el Betis, esta vez desde la banda derecha. Sergio García, canterano blaugrana tan bueno por dentro como por fuera, mandó una rosca a media altura que cruzó el área de oeste a este para acabar en la zurda de Mark González. El chileno controló, miró y cruzó de manera imparable.

El penalti de la discordia

El Barça se veía con dos goles abajo en esta Liga por primera vez y aturdido en el centro del campo, donde a Xavi le acompañó poco Busquets y casi nada Keita. Su bala era Iniesta, el todocampista. Bueno como volante, como pivote y como extremo. Bueno en el remate, el desborde y la organización. Incluso en la recuperación. Se tomó la operación remontada como una cuestión personal. Le dio medio gol a Etoo, un pelín impuntual, y forzó un penalti en que casi todo lo puso él: el amague, el desborde y la aparatosa caída con la vista puesta en el colegiado. Juande le rozó, pero la falta de proporción entre el contacto y la zambullida invita a pensar que no hubo infracción. Iturralde, árbitro del régimen, lo pitó. Y Etoo, tras rechace de Ricardo, abrió el partido mientras el Betis perdía otro central por lesión: Lima.

Del vestuario volvió el partido con la misma electricidad. El Betis dibujó un contragolpe de manual Emaná-Mark González-Oliveira que el brasileño, en fuera de juego, mandó a la red. El Lopera pasó del lamento a la congoja en segundos. Etoo se plantó ante Ricardo con una maniobra espectacular, pero atravesó el remate cruzado. Le copió Emaná de inmediato, para estrellarse con Valdés. Y entonces Guardiola tiró de la primera unidad, de Messi y de Henry. Chaparro vio el peligro de inmediato en la banda derecha del Barça, inoperativa hasta entonces, y retiró a Mark González para emplear a Juanma más en la vuelta que en la ida. A Fernando Vega se le venía encima el huracán. Al centro del campo bético, con la llegada de Iniesta a su escenario natural, también.

Así se inició el tiroteo esperado sobre Ricardo, con el Betis en franca retirada más por instinto que por vocación. Xavi, Messi e Iniesta rozaron el gol mientras el equipo recuperaba ese aire de invencible que ha paseado por la Liga casi desde el inicio. Y Ricardo comenzó a reclamar su papel de superhéroe, especialmente en un zapatazo cercano de Henry y otro de Piqué, dos balazos a quemarropa. Aún así, el Betis sostenía con cierta dignidad la bandera del contragolpe. En uno de ellos tuvo el 3-1. Sergio García se disparó por la derecha y colocó con precisión y puntualidad a Oliveira frente a Valdés. El brasileño se quedó sin luces y enredó su disparo sin fe en las piernas de Víctor Valdés. De ahí al final todo ocurrió en área verdiblanca, con un público angustiado y un portero agigantado. Difícil explicar su suplencia durante tantas jornadas. Y en medio de aquel asedio, Etoo cuerpeó al borde del área, la zaga bética le permitió volverse y el camerunés cruzó a la red. El Betis firmó gustoso las tablas.