Los 27 goles del gran Villa obsesionan a Tapia

Se va a plantar el Málaga de Tapia como un cohete en Mestalla. En todos los mentideros futbolísticos de la ciudad sólo se habla de Europa. Los más osados y, junto a ellos, los soñadores, se atreven incluso a referirse a la Champions. Apoño dice en la entrevista de la derecha que da lo que haga falta por verse entre los cuatro primeros aunque sea sólo un día. Tiene el reto a tiro de un partido: el del sábado. Para ello hay que asaltar Mestalla. Tapia cree a ciegas en su equipo. Y tiene muy claro cuál es el camino para hacer feliz a Apoño. Indispensable parar a David Villa, que anda en estado de gracia. Frenar en la medida de lo posible al delantero asturiano es la obsesión del cuerpo técnico. En La Rosaleda, en un partido gris y con poca presencia ché cerca de Arnau, Villa hizo dos goles y erró una ocasión a puerta vacía. Rozó el hat-trick. Con el Zaragoza, en 2004, también le marcó al Málaga en La Romareda. Si juega a sus anchas, Apoño deberá esperar más tiempo. Para eso está diseñando Tapia un plan anti-Villa. El encuentro exigirá lo mejor de la zaga blanquiazul. El apoyo del doble pivote en las ayudas a los centrales también será fundamental. "Es uno de los mejores delanteros de la Liga y del mundo. Habrá que preparar bien el partido. Será importante no dejarle espacios, estar muy encima y hacer buenas ayudas. Si todos estamos concentrados, podemos pararle. Pero no sólo hay que estar pendiente de Villa. El Valencia tiene también grandísimos jugadores como Joaquín, Mata, Silva... Son un equipo grande, tienen mucha calidad y será un partido muy duro. Pero estos son los encuentros que nos gustan", apunta Weligton. La última delantera temible que se puso enfrente de la zaga del Málaga, la dupla Agüero-Forlán, apenas complicó a Goitia.

El peso de Villa en los esquemas de Emery es indiscutible. Él solito ha marcado el 40 por ciento de los goles del Valencia. Abrumador. Entre el cuadro ché y La Roja, lleva 27 goles en lo que va de temporada. Pero a Tapia y a su equipo no se le puede discutir la eficacia de sus planes hasta el momento. Y la mochila de la ilusión no pesa. Más bien todo lo contrario...