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Liga BBVA | Sporting

Quini vuelve al campo de su otro equipo del alma

Tras sus inicios en el Ensidesa y sus filiales, la vida de Quini transcurrió entre el Sporting y el Barcelona. Después de una larga trayectoria como futbolista, ahora regresa al Camp Nou como delegado y, circunstancialmente, entrenador. Será uno de los atractivos en el campo azulgrana.

<b>IMPONENTE. </b>En la imagen grande, Quini, con el Barcelona. En la pequeña, cebeceando en el Sporting.

Durante casi toda la década de los años 70, Quini fue objetivo del Barcelona y del Real Madrid. El club que más insistió fue el barcelonés, a través de Agustín Montal, quien nunca pudo cumplir su sueño de fichar personalmente al Brujo. En agosto de 1976 fue una asamblea de compromisarios la que aceptó el traspaso de Churruca al Athletic, pero se opuso a la marcha de Quini al Barça.

Los ofrecimientos barceloneses llegaron al mítico jugador en varias ocasiones, pero el derecho de retención era un obstáculo insalvable para su marcha. Además, la política mantenida por el club en las etapas presidenciales de Ángel Viejo y Manuel Vega-Arango era la de no acceder a los traspasos de jugadores insustituibles. El Brujo se vio en el Barcelona en un par de ocasiones, lo que enfadó a la afición gijonesa. La disculpa de Quini fue con cuatro goles al Espanyol. La diferencia de dinero era impresionante.

En 1980, el último intento de la entidad azulgrana convenció a Vega-Arango y a Quini a golpe de talonario. Al delantero le llegaba la última oportunidad de hacer un gran contrato y entrar en la elite del fútbol. Aunque el Sporting de su época fue subcampeón de la Liga, en el Barça tenía otras aspiraciones continentales, que pudo saborear con un triunfo en la Recopa, aunque también fue víctima de un secuestro que marcó su trayectoria. Gijón y el Sporting eran su casa, pero había un listón que en los denominados grandes no se conocía.

La marcha de Quini al Barcelona no estuvo clara hasta el final. El Sporting había elegido al sustituto, que costaba casi la tercera parte del traspaso del Brujo, pero no era lo mismo. Vega-Arango sabía que iba a acusarse la falta de Quini, una garantía con los goles. Al final pesó más la oferta y la edad del mítico goleador rojiblanco.

Tras cuatro años en el Barcelona, Quini volvió a Gijón, para poner el epílogo a su carrera de futbolista. El Brujo volvió al Camp Nou en varias facetas. De rojiblanco, su última visita fue en mayo de 1986, en un partido de la efímera Copa de la Liga. Luego regresó como comentarista de Radio Nacional, tras dejar el club gijonés, al que volvió a mitad de los años 90, en funciones de delegado. Tuvo tiempo en Primera para regresar con esta nueva función, en la que su carácter afable y cariñoso hace que sea una persona aún más querida que cuando era futbolista. Pese a todo lo que fue y representa, el Brujo nunca dice no a un autógrafo o a una fotografía, siempre con la sonrisa en los labios.

Tras once años de su última presencia oficial en el Camp Nou, Quinocho regresará como delegado, pero a su vez deberá ejercer de teórico entrenador, debido a las sanciones de Preciado y Tejada. ¿Tendrá el fútbol algún secreto para el Brujo?