"Se tocó fondo en inestabilidad y nerviosismo, pero ya pasó"

¿Ha cambiado el ambiente del vestuario?

Desde el martes la plantilla se ha conjurado, con ese manifiesto en el que se deja claro que lo nuestro es lo deportivo, pase lo que pase. La otra parcela no nos compete a nosotros solucionar los problemas. Hay que ir a muerte para sacar el mayor número de puntos posibles...

¿Preocupa el vacío de poder tras la salida de Guillamón?

Para nosotros sigue todo igual. Se ha cobrado la nómina de enero, habrá un Consejo de Administración dentro de pocos días, saldrá un nuevo presidente y esperemos que defienda nuestros intereses de la misma forma que Juan Guillamón lo ha hecho. Ojalá que esté ahí, sea cercano y entre todos saquemos el proyecto adelante.

¿Se hace difícil mantenerse al margen?

Han surgido desde el miércoles pasado, con las reuniones por lo de la Ley Concursal, con la venta de Iván... una serie de cosas que nos han desestabilizado un poquito. Hemos intentado que no nos lleve la corriente, que sigamos luchando con actitud y entrega y que saquemos, como mínimo, los 50 puntos que den la salvación. A partir de ahí, cualquier objetivo que se nos ponga por delante iremos a por él a muerte. Lo demás, aunque nos incumba, no podemos arreglarlo.

¿Es duro lidiar con una caseta que estaba más pendiente de lo de fuera, de sacar una camiseta...?

Está aclarado ahí dentro y nos hemos conjurado. Ya veremos paso a paso lo que va ocurriendo pero sin descentrarnos en lo deportivo.

¿Estos acontecimientos unen más aún a la plantilla?

Por supuesto. Hemos tocado fondo en cuanto a la inestabilidad y el nerviosismo interno y externo... pero desde el martes ha habido un punto y aparte, ya es pasado. El futuro que venga no desviará nuestra atención de la línea de trabajo marcada después de vacaciones.