Eduardo Bandrés estrechó la mano de Leo Ponzio, cantó su prólogo de bienvenida, le entregó la camiseta con el número 23, escuchó las declaraciones del nuevo fichaje... y respondió con su oratoria de frontón a las preguntas de los periodistas sobre todas las aristas de la realidad del Real Zaragoza, desde la escasez económica hasta la escasez de cohetes en los bolsillos del entrenador, con el puente que los une en forma de nombres, como Oliveira especialmente.
"Marcelino ha sido comprensivo con las circunstancias actuales del club y él se siente parte del conglomerado del Zaragoza. ¿Oliveira? Él ha dicho públicamente que habló con el Betis hace un mes y que su cabeza estaba donde estaba. Él fue quien quiso abrir la puerta y lo cierto es que suponía un gasto enorme para el club en comparación con su rendimiento. Es un gran futbolista pero su rendimiento no ha sido el esperado, aunque no sólo se fue por esa razón", explicó el presidente.
El divorcio entre Marcelino y Oliveira era vox populi, tanto como que el club iba a fichar un sustituto para el ataque. Hubo conversaciones, negociaciones, acuerdos, desacuerdos... Y finalmente el '9' del Zaragoza está vacante. "Tuvimos conversaciones con otros futbolistas e incluso hay un contrato firmado con Guilherme del Cruzeiro. Y nos reservamos la posibilidad de ejercer acciones legales porque quisieron modificar los acuerdos firmados. También se habló con otros jugadores, pero unos no quisieron venir y otros no tuvieron permiso de sus clubes. Respecto a Oliveira, hubo momentos a lo largo del día 31 en los que se quedaba", reveló Bandrés, que acto seguido echó sal a la herida: "La plantilla tiene potencial suficiente para aspirar a los puestos de arriba y conseguir el ascenso. Eso es lo que pienso yo y lo que me dicen los técnicos".
Cuartero. Sobre la posibilidad futura de aprovechar una supuesta invalidez de Cuartero para fichar a otro jugador, fórmula que se valora en los despachos de La Romareda tal y como avanzó AS el pasado lunes, el presidente no aclaró el panorama. "No está en manos del club, se debe más a la cuestión física del jugador. Si hubieran informes médicos que confirmaran su imposibilidad de continuar con su carrera, no podemos hacer nada por él. Si se produce eso, se decidirá qué hacer. Ahora sólo es un supuesto".
La delicadísima situación financiera del Real Zaragoza ha llevado a Agapito Iglesias a aplazar el pago de las fichas a la plantilla hasta junio, opción forzosa pero lícita. "Me remito a las declaraciones hechas por algún jugador. La situación económica es delicada, como la de todas las sociedades anónimas deportivas de este país. Y además arrastramos el problema del descenso, donde los gastos se mantienen y los ingresos se reducen. La situación es la prevista. Sin dramatismo pero con rigor y seriedad, esperamos recomponer las pérdidas de esta temporada en los próximo años". ¿Y si no se asciende? "Esa posibilidad no me la planteo, pero es evidente que el ascenso es una tabla de salvación".
"Ponzio no es la única incorporación"
"Es la presentación de alguien que no necesita presentación. Se dice muchas veces, pero esta vez es verdad", arrancó Bandrés en su bienvenida a Ponzio, que "vuelve a su casa. Estamos seguros de que será una aportación muy fructífera al Zaragoza". El presidente subrayó que "fue muy fácil ponernos de acuerdo" y deseó que "esté aquí mucho tiempo y que ese gran recuerdo que dejó entre los zaragocistas se agrande ahora". Ante la salida de varios jugadores en las últimas semanas y la única llegada de Ponzio, Bandrés afirmó que "hay más incorporaciones en plantilla, aunque el único fichaje sea Ponzio: dos jugadores del filial, Goni, que ya viene jugando, y Ander, que tiene más recorrido por delante. Y confiamos en la reincorporación de Diogo en las próximas semanas".
