"He tenido tres ascensos frustrados y ya me toca"

Dani Cifuentes es un trotamundos del fútbol. Su historial lo refleja. Criado en las categorías inferiores del Real Madrid junto a Iker Casillas, Pavón, Tote, César Navas, Raúl Bravo y Capdevila, entre otros muchos, se ganó una merecida fama de promesa que aumentó tras explotar en el Éibar. Sin embargo, el fútbol no le ha dado su sitio y en Cádiz quiere volver a sentirse futbolista.

Ayer, repasando su trayectoria en la Tertulia de 'El Faro' de la Cadena SER una hora después de su presentación como nuevo jugador amarillo, el lateral diestro se sinceraba. "En el Valladolid no contaban conmigo. Surgió lo de venir al Cádiz, que aunque esté en Segunda B sigue siendo un escaparate. Con el Éibar donde estaban Silva, Llorente, Iraizoz y Garitano estuve muy cerca de subir a Primera. También jugué la fase de ascenso a Segunda anteriormente con el Zamora y en Lanzarote. Llevo tres intentos frustrados y ya me toca disfrutar de uno. El fútbol me lo debe y para ello he venido".

El madrileño, a sus 28 años, se ve capaz de triunfar en Cádiz. Conoce la categoría pese a que hace muy poco ha estado jugando en Zorrilla. "Con Mendilíbar he jugado 14 partidos en Primera. Él me quiso sacar de la Real Sociedad y volver a confiar en mí, como ya hizo cuando estaba en el Lanzarote, en el Zamora o en el Éibar. Sin embargo, no sé que ha cambiado, será su forma de pensar, porque yo sigo jugando igual ahora que entonces. Para mí es un misterio, pero aquí estoy".

Cifuentes llega con la carta de libertad. Firmó hasta el final de temporada, pero viene para quedarse. "Soy disciplinado, se guardar el sitio cuando hay que hacerlo y tengo también orientación ofensiva. Me gusta subir y poner centros a los delanteros para que puedan rematar. Me han hablado mucho y bien de Cristian, y es bueno que haya competencia en los entrenamientos".

Vibra con Cádiz y Ponferrada

El madrileño conoce muy bien la categoría, y también al Cádiz. Jonathan Sesma, compañero habitual de habitación durante muchas semanas en el Valladolid, le ha hablado mucho de la ciudad y de la afición. Él también la aprecia, porque ha jugado en el Carranza con las camisetas de la Real Sociedad, Éibar y Ponferradina. "En Ponferrada estuve un año, justo el que vivieron en Segunda, cedido de la Real. Como la de aquí, es una afición sensacional. Llenan el campo cada domingo, aunque sólo tienen capacidad para 6.000 espectadores. Deberían estar en Segunda, son de las mejores que hay".