Internacional domingo | Francia
Zizou ha vuelto: ahora se llama Gourcuff
Tiene 22 años y está cedido por el Milán al Girondins. Indiscutible ya en la Selección, la Francia futbolística no para de compararle con el gran Zidane. Se parece físicamente y tiene muchos de sus gestos técnicos.
En Francia están convencidos que esta vez sí han encontrado al nuevo Zidane. Llevan tiempo buscándolo. Casi desde que se retiró. Ya les ocurrió con Platini. Nasri (Arsenal), Meghni (Lazio), Meriem (Mónaco), incluso Ben Arfa (Marsella)... todos -curiosamente como Zizou de origen norteafricano- ya fueron objeto de comparación cuando comenzaron a destacar, pero casi todos parecen haberse quedado a mitad de camino. Sin embargo, ahora, el parangón tiene más fundamentos. El protagonista es bretón -tienen fama en Francia de gente seria y testaruda- y no sólo tiene gestos zidanescos en sus controles, pases, fintas, remates... en su juego en definitiva, sino que también se le asemeja físicamente. Mide 1,85 y su envergadura es una copia casi exacta de cuando Zizou tenía 22 años y como él jugaba en el Girondins de Burdeos. Sólo hace falta observar las fotografías y ver los vídeos que recogen con pulcritud su exquista técnica. Alguno, como los que marcó al Toulouse o al PSG, pequeñas obras de arte.
"Le sucesseur", tituló el prestigioso L'Equipe después de la última demostración futbolística de Yohann Gourcouff, que éste es su nombre. Antes ya le había dedicado otra portada: "C'est genial". Algunos de sus maravillosos tantos han sido calificados como "la firma de un mago" y hasta Le Figaro ha entrado en detalle con un artículo titulado: "El fenómeno Gourcuff". Es el hombre. No hay duda. La selección francesa se ha agarrado a su personalidad para encontrar la pausa y la aceleración necesaria en cada momento. Precisamente sus primeros fogonazos internacionales fueron con los bleus en 2005. Allí se proclamó campeón de Europa Sub-19.
En noviembre, en Fez, con motivo del Partido contra la Pobreza que tiene a Ronaldo y Zidane como protagonistas, el ex-campeón del mundo y ex del Real Madrid, Christian Karembeu se acercó a una mesa donde estaba Florentino Pérez. Le saludó con educación, casi reverencia, y le recomendó tres jugadores franceses por si algún día regresaba al Real Madrid: "Fiche a Benzema, Ribery y Gourcuff". El ex presidente contestó: "Pero ese último es del Milán, ¿no?". Era evidente que le conocía. Quizá ya le había hablado de él, su amigo Zizou, que curiosamente estará a su lado en las próximas elecciones si finalmente se presenta.
Sí. Gourcuff es del Milán y está cedido al Girondins de Burdeos. Y no sería extraño que dentro de tres meses se hablara de que la relación laboral del jugador se ha convertido en un caso de esos que acaban en el TAS. El Girondins asegura que si paga los 15 millones estipulados en el contrato de cesión y presenta ante la Liga Profesional un contrato firmado por el futbolista, Gourcuff pasa automáticamente a ser suyo y el Milán no puede hacer nada. Galliani, administrador rossonero, sin embargo, dice que la última palabra es suya, aunque el Girondins pague y el jugador quiera quedarse allí.
También en Italia ha sorprendido la evolución del jugador esta temporada. De allí se fue en silencio.
En su dos cursos a las órdenes de Ancelotti apenas jugó 52 partidos y marcó tres goles. Su primer año fue discreto y el segundo se lo pasó sentado en el banquillo. Y eso que cuando el Milán pagó 4,5 millones por él al Rennes y el francés dejó bien pronto muestras de su calidad todo fueron elogios para él. Berlusconi, tras un partido de la Champions contra el AEK, dijo que "era un talento como Kaká" y Galliani que "era el mejor entre todos los futbolistas europeos coetaneos". La realidad es que a Ancelotti nunca le terminó de convencer entre otras cosas porque ya tenía un jugador de esas características y mejoradas: Kaká.
La explosión de Gourcouff esta temporada ha sido absoluta. Con la total confianza de Lurent Blanc, el técnico del Girondins, se ha convertido en el cerebro y el motor de su equipo y las circunstancias y los malos resultados casi obligaron a Domenech que probara con él en la selección. Un pase de gol a Anelka contra Serbia y un extraordinario tanto contra Rumanía que sirvieron para salvar la cabeza del seleccionador, le han convertido en indiscutible en el centro del campo de los bleus que ya se mueven a su ritmo.
El futbolista, aseguran, que lleva con extraña entereza para su edad todas las comparaciones y elogios que le están lloviendo. "Mis controles se parecen a los de Zidane, pero son naturales, no forzados. Es normal que haga cosas que hacía Zizou, porque muchos jugadores de mi edad hemos crecido inspirándonos en él porque inventaba". Sólo hace falta verle jugar para darse cuenta de ello. Conduce el balón como él. Intenta y le sale la roulotte, tiene esa amplia zancada y arma el disparo parecido, como se puede comprobar en las fotos.
El propio Zidane no se ha visto ajeno a la situación y ha emitido su juicio. "Lo tiene todo para hacer una gran carrera. Es un verdadero 10. Es uno que hace jugar a su equipo, que tiene el sentido del juego, afronta riesgos y tiene un gran volumen de juego lo que no le debe impedir disparar y marcar. Yo pensaba que era indolente, pero finalmente con el balón va muy rápido. Tiene la cabeza sobre los hombros y tiene todas las cualidades. Pero es necesario parar las comparaciones y dejarle vivir".
Blanc, su entrenador y compañero de Zidane, también tiene bases para hablar de los dos. "Me recuerda mucho a Zizou en su capacidad para controlar el balón en espacios reducidos y con todo, con los tobillos, el empeine, la suela de las botas. Yohann es un gran motor, hace jugar a los otros. No rehuye trabajar defensivamente. Es generoso y muy maduro para su edad".