El Macho mide la depresión

Hasta hace un par de semanas todo era alegría en el reino de Emery. De ese estado de optimismo sabe mucho su rival de hoy, un Almería que vivió en ese mundo de color rosa durante los dos años de estancia de Unai. Pero en el fútbol, la eterna felicidad parece no existir y el panorama se ha oscurecido en Mestalla tras tres derrotas dolorosas, la última de ellas en Sevilla diciendo adiós a la Copa. Los chés regresaron muy tocados de Nervión y su depresión, física y anímica, la mide hoy el cuadro rojiblanco que, de la mano de Hugo Sánchez, ha renacido con antiguos-nuevos valores. Ahora, la amenaza andaluza se llama Uche, cuatro goles en tres partidos, aunque los focos los acapara el 'Macho' mexicano, que querrá doctorarse en su primera comparecencia en un estadio grande y ante un Emery del que habrá oido hablar y mucho desde llegada.

Para reconducir su trayectoria liguera, el Valencia se agarra a Villa, garantía de todo lo bueno, pero que llega apurando su recuperación. El Guaje debe ser el recuperador de un equipo tocado, como lo fue Hugo Sánchez en el conjunto rojiblanco. El técnico ha reordenado el once, liberando a Negredo con otro goleador a su lado y reflotando a dos clásicos en sus bandas: Crusat y Ortiz. Precisamente, su velocidad y la de Uche puede ser la criptonita que debilite al Valencia, máxime en su casa donde adelanta más las líneas, pues su defensa sufre cuando a la espalda tiene un océano y los de delante no aprietan como deben. Ahí deben mejorar todos, como en el balón parado, si no, el debutante en Mestalla César no guardará buen recuerdo de una tarde que se presume lluviosa.

El factor H.

También será una buena oportunidad de escrutar a Bruno y Mané, dos laterales por los que Emery suspiraba para su Valencia y que, de momento, siguen multiplicando el peligro en los costados del Almería. El técnico local conoce bien los entresijos del rival, pero debe descifrar el factor H, el del gran Hugo, mientras que los almerienses también saben ya cómo se las gasta Unai, con lo que en esta batalla de espías está por ver quién rie último. De momento, en Mestalla los chés comparecen sin rastro alguno de sonrisa tras el duro golpe de la eliminación copera en Sevilla.