Alfredo Di Stéfano
"Me alegro por Raúl. No es un fantoche ni un agrandao"
Raúl está a un gol de Di Stéfano en partidos oficiales con el Real Madrid y Don Alfredo se deshace en elogios para el capitán, al que valora por su forma de ser.
Le importa si hablamos del récord de goles con el Real Madrid que todavía ostenta usted (307) y que Raúl (306) igualará si marca un tanto más...?
(Don Alfredo agacha la cabeza, mira al suelo y susurra...).
Che querido, importarme no me importa, pero todos los días estamos con lo mismo... ¿Cómo me va a importar o molestar una cosa como esa? Me alegro por el chaval, es un chico fenomenal, que siempre ha dado la cara por el club. No es de esos fantoches, ni un 'agrandao'. Es un tipo humilde, le conozco desde hace muchos años... Es un madridista cien por cien. Lo que le quería decir es que yo cuando jugaba nunca pensaba en mi récord individual de goles. Si hubiera pensado en ser el máximo goleador de la historia hubiera jugado de otra manera. Yo jugaba para el Real Madrid, no para mí. El delantero centro de cualquier equipo y el del Real Madrid más, está obligado a hacer goles, pero yo nunca iba con la vendetta de querer marcar más que nadie.
Ahora se juegan muchos más partidos que antes. Usted marcó los 307 goles en 396 partidos, Raúl uno menos en 682 partidos...
Y es un éxito extraordinario. Raúl es un muchacho formidable, un buen profesional, que se ha cuidado y que se cuida... ¿Usted cree que si no se hubiera cuidado hubiera jugado todos esos partidos que ha jugado? Yo también me cuidaba, que conste. Él ha jugado muchos más encuentros porque ahora se juega más. Hay más equipos en la Liga, la Champions la juega hasta el cuarto y hay una liguilla antes de las eliminatorias como las de antes. Por porcentaje goles-partidos le gano por robo... Además no se cuentan los goles que marqué con River, Huracán y Millonarios. Yo llegué al Madrid con muchos goles marcados...
Hábleme del Raúl futbolista, ¿qué le parece? Dicen que nunca ha sido un diez en nada específico, pero que llega al siete o al ocho en casi todas las facetas..
Todo el mundo le conoce... Sí es una buena definición, pero es que hablar de un diez es difícil, ni Pedernera era un diez. Raúl tiene mucho mérito por llevar tanto tiempo y lo que le queda en un mismo equipo. Ahora no es como antes. Su principal virtud creo que es su manera de ser, se sabe sobreponer a la adversidad, No es ni un rematador nato, ni un fajador para defender, pero hace las dos cosas y está siempre arriba y abajo. Ayuda al equipo y hace gol. Es un jugador de club. Yo también me consideraba un jugador de equipo y esto ahora tiene un mérito bárbaro.
¿Y se le podría comparar con algún compañero suyo de aquella época?
Nunca hay dos jugadores iguales... Por ahí, que tiene cosas de Rial, porque Rial daba unos pases que te querías morir, pero también metía goles. Él jugaba más atrás. Además, no se puede comparar nunca aquel equipo nuestro con este de ahora o los más recientes. Nuestra táctica era el 5-5, no el 4-2-3-1 o 4-1-4-1, como ahora. Antes Gento iba para arriba como un tiro. Y Marsal, y Puskas, y Rial, y Kopa, y Canario... Todos iban para arriba y todos bajaban. Raúl es un jugador consecuente, trabajador y por eso todo el mundo le quiere. Si mete tantos goles es porque los busca sin ser un delantero centro nato. No es un Santillana. Es un punta que ayuda, que se mueve mucho por todos los lados, en eso también se parece a mí...
Hombre, usted se movía por todo el campo, si bajaba hasta su área para que el portero le diera el balón y salir con él jugado desde atrás...
Bueno, eso era ya aquí en el Madrid porque todos jugábamos de todo, pero yo cuando empezaba no quería ser delantero centro porque entonces el delantero centro en River no se movía, se quedaba arriba. Me ponían primero de extremo derecha, pero tampoco me gustaba mucho porque no entraba en juego. Yo lo que quería era estar más en juego, tocar más el balón. De extremo hacías una gambeta y te caías al otro lado de la raya. Le voy a contar una muy buena... El primer partido que jugué de delantero centro, ganamos 6-1 a Atlanta y no hice ningún gol. El entrenador, que era Peucelle, mi entrenador favorito, me decía que había estado muy bien, que me había movido por todo el campo, que había dado pases, que había ayudado mucho... Pero yo tenía un disgusto tremendo. Era muy duro para mí que el equipo hiciera seis goles y que el delantero centro, que era yo, no hubiera hecho ninguno. ¡Qué bronca tenía! Menos mal que a partir de ahí, agarré la onda...
Y se quedó con el nueve para toda la vida...
"Del nueve nadie me mueve", cantaba yo. Era una canción de un actor argentino de televisión del Canal 9 que decía eso y se me quedó grabado y lo repetía continuamente. Aunque yo lo que quería ser entonces era interior derecho para estar arriba y abajo, cuando Peucelle me dijo que podía hacerlo aunque llevara el nueve me llevé una gran alegría. Por eso antes le decía que nunca pensé en los récords de goles. Yo tenía que hacer goles porque era mi misión, casi mi obligación y además antiguamente, en Colombia, los de la radio te regalaban una plancha, una radio, una botella de vino... Yo no era un obseso del gol. Por ejemplo, no me gustaba tirar los penaltis, prefería los tiros libres, los tiraba porque me lo marcaba el entrenador y alguna vez le dejé a algún compañero como a Mateos en la final de Stuttgart contra el Stade de Reims y lo falló... Menos mal que ganamos el partido, si no me quiero morir.
¿Usted cree que hay Raúl para rato o la presunta llegada de grandes jugadores, con unas elecciones por medio, puede acortar su carrera?
Raúl piensa, sabe dónde pisa. Es pícaro y sabe lo que tiene que hacer en cada momento, por eso en el Madrid siempre ha jugado y sigue jugando. Vienen entrenadores nuevos cada año y nunca le quitan porque es mejor que los otros. Cuando digo que Raúl es un jugador de equipo quiero decir que el fútbol es cosa de equipo. El compañerismo es muy importante para un equipo, conocerse más allá del campo es muy importante. A veces con una mirada sabes lo que tu compañero quiere. Nuestro Madrid era así, el Barcelona tenía muy buenos jugadores, con mucho nombre, nosotros no, pero éramos un equipo. Ellos tenían nombre y nosotros calidad.
¿Y si le pregunto por Messi, qué me dice?
Que juega muy bien y que además tiene gol. Puedes jugar bien pero no marcar goles, pero éste lo hace todo bien, es insuperable. Pero ¿sabe lo que le digo? Yo sé cómo frenarle o intentarlo. Hay que poner a marcarle un lateral derecho que le tape la salida hacia dentro por anticipación porque esa es su pierna buena. Robben también está bien. Tiene salida, pica, sale...
(Y se va del restaurante De María convencido de todo...).