Federación | Un decreto ley le apartó de la RFEF en 1984
Murió Pablo Porta: adiós al presidente del Mundial
Tenía 85 años y fue miembro vitalicio de FIFA y UEFA
El fútbol español perdió ayer para siempre a Pablo Porta Bussoms, fallecido en Barcelona a los 85 años de edad víctima de un cáncer. Porta fue presidente de la Real Federación Española de Fútbol entre los años 1975 y 1984, y sólo el llamado decreto anti-Porta le apartó de un cargo que le permitió ser el organizador del Mundial de España '82.
En el 84, el gobierno de Felipe González aprobó ese decreto por el cual un presidente no podía estar al frente de una federación más de ocho años (dos mandatos). No pudo presentarse a la reelección y fue sustituido por José Luis Roca. Antes de haber sido máximo mandatario de la española, Porta fue presidente de la Catalana de 1964 a 1975.
Porta ha acabado sus días siendo miembro vitalicio tanto de la FIFA como de la UEFA tras haber sido miembro de la comisión disciplinaria de la FIFA. Porta fue protagonista principal en el caso que acabó con el positivo de Maradona en el Mundial de EEUU en 1994.
Ferviente simpatizante del Espanyol (fue su secretario), Porta fue campeón universitario de boxeo de los pesos medios en 1943 y presidente de la Federación Catalana.
La RFEF, así como clubes como el Real Madrid o el Espanyol, mostraron ayer a través de su portavoz su "profundo pesar" por la triste noticia. Será enterrado mañana en el tanatorio de Sant Gervasi (Barcelona) a las 12:30.
Creía en Florentino como un "gran presidente"
En su sano juicio y todavía en activo, Pablo Porta recibió a AS el 20 de abril de 2007 en su despacho de la Travessera de Gràcia en Barcelona. Tras muchos años de silencio, Porta diseccionó el pasado y presente del fútbol. No tuvo desperdicio. Habló de Platini: "Su elección es buena para la UEFA". De Santiago Bernabéu y Josep Lluís Núñez: "Fueron excepcionales". De Florentino: "Fue un gran presidente". De Laporta: "Cuando vaya mal se caerá (y luego lo hizo)". Además, Porta se acordó de aquel Mundial de 1982. "¿Amenazas políticas? No puedo decir nada sobre eso. Fue un éxito de público y proyección". Y desveló que "Franco no era del Madrid y sí de Samitier, su gran amigo".