Convertido ya en el lateral más completo de la Liga, el brasileño Dani Alves (Juazeiro, Brasil, 6-5-1983) disfruta de un excelente momento en un equipo, el Barcelona, que parece diseñado a medida para su juego. "Nunca lo dudé, sólo quería venir al Barça porque es el equipo perfecto para mí", dice en una entrevista concedida a la Agencia EFE.
Alves, el jugador azulgrana con más minutos de la temporada, reconoce que cuando dio por finalizada su etapa en el Sevilla le asaltaron las dudas. "Dónde ir, si mi familia estaría bien, si podría acoplar mi forma de juego a la del equipo. Pero cuando llegó el Barça, un equipo que jugaba al fútbol como nadie aunque pasase un mal momento, no lo dudé. Era raro ver al Barça sin ganar nada. Supe que es el equipo perfecto para mí: quería venir al Barcelona y no a otro equipo".
Ahora, desde el liderato de la Liga, Alves asegura que formar parte de la plantilla azulgrana es "un privilegio" que le permite disfrutar cuando tiene el balón "y cuando no". Incluso en los entrenamientos: "es una maravilla ver jugar a los compañeros, un espectáculo, algo que sólo me había pasado en la selección brasileña". Para explicar su adaptación al Barça, el propio Alves apunta a una figura. Es Pep Guardiola, su entrenador, "el mejor posible para este proyecto" pese a su inexperiencia. "Da igual ser novato si eres bueno. Él ha llegado con conceptos muy positivos para un equipo que quiere ganar títulos".
Pero, ¿qué distingue a Guardiola de otros entrenadores? "Es listo. No olvidemos que ha jugado en una posición en la que hay que ser muy inteligente para destacar. Eso ya es una ventaja. Y vive su trabajo con una intensidad enorme, como yo. Siempre estudia a los contrarios para saber dónde hacerles daño. Tiene una mentalidad positiva y sus conceptos quedan muy claros, y eso es importante". Alves, además, cree que su explosión en el Barça responde al hecho de que Guardiola le haya dado "libertad para jugar" como lo ha hecho siempre y desarrollar el juego que le ha llevado hasta el Barcelona".
"Esa es la clave de mi adaptación, con algunas ideas para mejorar, y poco más. Por eso me siento en casa, gracias a la confianza que me ha dado el entrenador", aseguró. Más allá de la pizarra, Guardiola "sabe lo que es necesario para estar bien y rendir al máximo". "Da por hecha la profesionalidad de los que trabajamos con él, confía totalmente en nosotros y no le fallaremos", añadió. Desde su llegada, hace apenas medio año, Alves ha progresado. "Yo mismo noto mejoras muy notables. Uno va aprendiendo de sus compañeros, del entrenador, que te va aportando cosas que al principio piensas que no tienen importancia, pero luego te das cuenta de que sí. Sobre todo, he aprendido mucho en lo táctico, a jugar sin balón", explica.
Cuando fue presentado como jugador del Barça, Joan Laporta le definió como el mejor lateral derecho del mundo. El protagonista es más moderado. "Siempre faltan cosas y procuro aprender algo cada día. Pero sí creo que el camino es el correcto. Si llegaré a serlo, ya se verá". Antes, a Alves le obsesionan "los títulos, y también mejorar en algunos detalles, como no perder algunos balones tontos, cosas que uno va aprendiendo con el paso del tiempo".
Entre ellas, los aspectos defensivos, que ya pulió en Sevilla. Aunque su espíritu es de extremo, ocupa al fin y al cabo un puesto en la defensa. "Pero defender no es dar patadas ni morder", reclama, "es sobre todo una cuestión de posición, estar bien colocado. En ese sentido, el brasileño Juan (Roma) es increíble. Jamás había visto algo así; siempre bien colocado, siempre en todos los cortes, nunca hace faltas y parece que lo tiene todo controlado".
Su asociación con Messi en la banda derecha, "un privilegio jugar con él, una tortura hacerlo en su contra", ha ofrecido ya momentos de gran fútbol. Es una cuestión de espacios, según Alves. "Si los rivales están pendientes de Leo o de Xavi, yo debo aprovechar esos espacios. Debemos saber jugar siempre con eso, con el espacio que deja el compañero". Pero también de solidaridad: "para ser un gran equipo no podemos parecer más que el otro o ser egoístas. Cada uno debe rendir al cien por cien en su posición. Así se construye un gran equipo".
Su aterrizaje en el vestuario fue, por lo demás, más suave de lo que el propio Alves se imaginaba. Entró a formar parte de "un grupo de gente sencilla, humilde, nada que ver con lo que la gente se imagina". Entre sus mejores amigos, Pinto ("él es andaluz y yo casi me he criado en Andalucía") y los jugadores sudamericanos. "También Abidal y Hleb", jugadores que flanquean su taquilla por el orden de los dorsales.
