Al Liverpool le salva otra vez un soberano Gerrard

Anfield no distingue entre la Premier y la Cup. Otro lleno. Una nueva demostración de fervor y pasión por unos colores. En The Kop -ahora canta el himno con el equipo sobre el césped como ha pedido Benítez- una gran pancarta con el rostro de Bob Paisley y cada vez más banderas españolas. En el palco, un Capello sonriente. En el banquillo, un tanto desesperado, Rafa Benítez, con el que no pueden ni los dueños del club ni sus cálculos renales. Otro Liverpool-Everton. El lunes fue de Premier; ayer, de Cup. Idéntico resultado y parecidos síntomas en el equipo que acusa el desgaste de la temporada y no es el mismo que durante muchas jornadas fue líder con solvencia y buen juego. Ayer no pasó del empate y tendrá que jugar un desempate, posiblemente el 4-F, en el estadio del Everton, otro esfuerzo añadido.

Valor seguro. Mientras hay jugadores como Carragher o Xabi Alonso que mantienen el tipo, otros como Mascherano, Kuyt y Babel están muy por debajo de su nivel... pero afortunadamente para Benítez el gran capitán, Gerrard, nunca falla. Siempre está ahí. Nada influye en su rendimiento.

El viernes estuvo en el Juzgado, donde se declaró inocente de su pelea nocturna en un pub, y ayer volvió a ser elegido mejor jugador del partido. No sólo fue el gol, el del empate, tras un taconazo perfecto de Torres, fue todo lo demás. Es el alma del equipo. Un centrocampista total que lleva 15 goles en 26 partidos.

Xabi Alonso maneja el juego desde atrás

No hay sorpresas tácticas en el Liverpool. Rafa Benítez tiene un sistema de juego definido (4-2-3-1) y sólo cambia las piezas cuando lo considera oportuno en su política de rotaciones, que esta temporada, la quinta en Anfield, ha sido menos drástica. Hasta el punto que se puede decir que tiene un once base para los partidos importantes. Ayer no lo puso en escena, pero casi. Lo que es incuestionable es la columna vertebral que comienza en Reina y pasa por Carragher, Xabi Alonso, Gerrard hasta llegar a Torres. Toda la salida del balón pasa por los pies y la cabeza de Xabi Alonso. Aunque Mascherano realiza una labor más defensiva y de destrucción, es el de Tolosa el que baja cerca de los centrales para comenzar la jugada. A la hora de la presión, Xabi tiene también libertad para salir a campo abierto.