Liga BBVA | Sevilla - Racing
Un gigante amenaza antes de la gran final
Kanouté se recupera a tiempo. Navas, Duscher y Mosquera, bajas
Tiene planta para que José Luis Sáez, presidente de la Española de Baloncesto, enloqueciera. Sus 2,02 metros parecen más explotables junto a Gasol que al lado de Munitis. Destroza todas las normas físicas: ¿cómo un tipo tan alto puede manejar el balón con los pies? Pero el chico quería romper las reglas y se dedicó al fútbol. Se trata de Nikola Zigic, un gigante que se cuela días antes de la gran fi nal frente el Valencia. Su reciente llegada ha inyectado gol al Racing: ha hecho dos goles que sumaron seis puntos. Su porcentaje es extraordinario.
En Nervión preparan la trampa para frenarlo, con el Valencia acechando a la vuelta de la esquina. La cabeza piensa en el Racing, pero el corazón se dispara dibujando en la mente el partidazo de Copa. Jiménez descubrió su desesperación ante tanta ausencia. Mosquera, Navas y Duscher se unen a los eternos lesionados, Javi Navarro y Koné, y a los preocupantes casos de Konko, Acosta y Fazio, cuyas lesiones empiezan a ser dignas de análisis en el programa de Iker Jiménez, que nada tiene que ver con el entrenador sevillista. Las pruebas no detectan daño, pero sí existe dolor. Fantasmagórico.
Con el perfi l derecho arrasado, los zurdos Adriano y Capel acudirán al rescate. Romaric podría jugar de interior izquierda. Aunque es cierto que la solución a estos problemas puede llegar con otras combinaciones. La recuperación de Kanouté sí alivia al entrenador.
El malí saldrá de inicio con una doble misión: comandar el ataque y ayudar a achicar balones aéreos, algo que se le da muy bien. Será el antiZigic. Muñiz jugará en defensa con Navas y Marcano, éste último de moda por su proyección. Lacen dará bocados en el centro del campo, Serrano incidirá por la izquierda y Munitis por la derecha. Y Pereira acompañará al gigantón. El Racing ataca la parte dura del campeonato con la mala experiencia de la primera vuelta, en la que sólo alcanzó dos puntos. Sus virtudes se reproducen a domicilio. Al Sevilla le ocurre lo contrario. Los partidos caseros se le atragantan inesperadamente y los rivales modestos y sacrificados se disfrazan de poderosos enemigos. En los últimos siete partidos, el equipo sólo hizo cuatro goles. A los dos les van las cosas bien, pero el juego no agrada a su gente. Fútbol es fútbol. Todo esto a días de la gran fi nal. Un día menos para el gran partido.