Liga BBVA | Mallorca - Valencia
Silva, ante la ansiedad local
El Mallorca recibe a un Valencia sin Villa y Joaquín
Carlos Timoteo Griguol no tuvo éxito en su paso por España, pero nos dejó una interesante reflexión: "Si perdiste una vez, no tienes que perder otro partido, porque después pierdes, pierdes y parece que no puedes ganar nunca. Te desesperas por ganar y pierdes". Parece que el argentino anticipara lo que le está sucediendo a este Mallorca (una victoria en diez encuentros) que hoy recibe al Valencia inmerso en una espiral de derrotas inexplicable.
Aunque la situación de los chés es mucho mejor, tras caer en Bilbao y sumar un punto en sus dos últimos partidos, tampoco le es nada recomendable meterse en una dinámica negativa, por lo que ganar hoy es mucho más determinante de lo que indica el estar en la jornada 20. Los de Emery están multiplicándose para achicar sus problemas con las lesiones y los colegiados a base de reacciones de orgullo (en la Copa del Rey) o genialidades individuales, pero sin Villa y Joaquín pensar en eso entraña mucho riesgo, pues sólo Silva parece capaz de ganar el duelo por su cuenta.
Pero el positivismo de Unai sigue ejerciendo de elemento de cohesión y contagia a sus hombres, que pese a los reveses están dando la cara siempre. Al técnico no le han llegado los refuerzos necesarios, pero no se inquieta y le saca punta a los mimbres que le dan, sean o no de primera calidad. Hoy se estrenan en la lista César y Carleto, 37 y 19 años, lo que demuestra la coherencia, o la falta de ella, en los fichajes, pero es lo que tiene la economía de guerra, que obliga a apuntalar la nave con lo que se puede y no con lo que se quiere. Por eso ambos arrancarán en el banquillo y los que buscarán de inicio el mantener a los chés en la zona Champions serán los de siempre, con Morientes haciendo de Guaje y Pablo Hernández de Joaquín. Manzano está encantado con ello, claro.
Espíritu copero. Por su parte, los locales buscarán el espíritu copero y por eso alguno de los que brilló entre semana puede tener continuidad en el once. Al Mallorca ya le da igual el rival, necesita ganar sí o sí y manejar esa ansiedad es el primer paso para que tengan opciones de doblegar a un Valencia que llega tocado pero sigue siendo eficiente. Haber sumado tres puntos de los últimos 33 en juego es un lastre insostenible para los baleares.