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Liga BBVA | Valencia

"Nunca quise dejar el barco, no soy perdedor"

Emiliano Moretti pasa revista a la actualidad ché y al pasado en el que fue protagonista junto a cuatro italianos que vistieron la elástica del Valencia. Tranquilo, anónimo y jugador de club. Así es el otro 'Moro'.

Manu Gimeno
Moretti lleva cinco años en el Valencia donde ya ha jugado 167 partidos oficiales.
ALBERTO IRANZO

No será nunca un futbolista mediático, no va con su carácter, siempre le ha gustado trabajar en el anonimato y no se siente cómodo ocupando portadas. Es el típico futbolista que, sin hacer ruido, acaba por jugar 500 partidos oficiales y se despedirá del fútbol como llegó a él, sin levantar mucha expectación. Así es Emiliano Moretti, un futbolista preocupado por los problemas sociales y el último mohicano de la estirpe italiana que llegó hasta Mestalla. Un superviviente de los Di Vaio, Fiore, Tavano y Carboni. "El primer año fue complicado, pero no quise abandonar el barco a diferencia de los demás. No me gusta perder a nivel personal, vine para quedarme y la idea de irme de aquí como un perdedor no me gustaba nada".

Moretti se muestra siempre transparente, como una gota de agua y habla claro. No le pareció bien el comportamiento que tuvieron los italianos a su llegada a Valencia. "Muchos nos quisieron ayudar y la falta de adaptación fue culpa nuestra, al haber cinco italianos en un vestuario crees que no merece la pena relacionarse con el resto. Nos costó mucho entrar en el equipo porque nos juntábamos y el resto quería relacionarse con nosotros y nosotros no. Creo que no estuvo bien aquello". Y no duda en criticar el comportamiento de Tavano en el club. "Me dio la sensación de que no quiso adaptarse. Tenía decidido al poco tiempo de venir que en enero se iría. Hablaba yo más con su agente que él mismo. No se encontró bien y parecía que no quería adaptarse y entrar dentro del vestuario. Lo intenté todo, me esforcé para que se integrara y no quiso. Le invité tres veces a cenar a mi casa y nunca vino".

Pero sí que guarda un gran recuerdo de Carboni. "Ha sido una institución aquí y terminó siendo Director Deportivo. ¡Le quité el puesto y encima me renovó el contrato! (Se ríe). Termina la temporada, pasan 10 días y pasé de ser su compañero en el vestuario a reunirme con él para renovar el contrato. Carboni se presentó con una bicicleta, me senté en su mesa, iba con chaqueta y corbata y un bolígrafo, un fenómeno".

Llegó a Valencia en el verano de 2004, recién ganada la medalla de bronce en las Olimpiadas de Atenas y, aunque tomó la decisión correcta, le costó bastante decidirse. "Yo quería quedarme en el Bolonia porque estaba a gusto allí, el mister Carletto Mazzone me quería. Cuando estaba a la espera de poder seguir, me llamó el Valencia y la verdad es que fue una oportunidad demasiado grande para rechazarla. Tenía 23 años y tenía miedo de ir a un país extranjero. Pero era el Valencia que acababa de ganar la UEFA y de jugar la final de la Champions en Milán. Era como jugar en la Juventus". Desde su llegada a Valencia su mejores recuerdos llegan de las eliminatorias de octavos y cuartos de final de la Liga de Campeones de la temporada 2006-07 ante el Inter y el Chelsea con Quique Sánchez Flores, el 'responsable' de que siga en el Valencia, ya que el propio mister rechazó dos ofertas del Everton en Ermelo en la pretemporada 05-06. "Ganarle la eliminatoria al Inter fue como vencerles dos veces. No lo olvidaré nunca y encima cómo se produjo aquella victoria, con la batalla campal al final del partido".

Aunque también han existido malos momentos. En su primeros recuerdos le vienen los meses en los que sufrió a Antonio López, el sustituto de Ranieri en la campaña 2004-05, su primera temporada en Valencia, pero tiene grabado en el corazón la mala experiencia vivida el pasado año cuando casi bajan a Segunda División y se conquista un título de Copa que no se festejó. "Ganar la Copa el año pasado lo incluyo en los malos momentos porque sólo fue bonita la noche de la victoria en Madrid, la vuelta a Valencia no lo fue tanto, todo se quedó allí. El ambientazo se quedó en el Calderón, soñaba con esos momentos, pero todo se acabó en dos horas. En la celebración en la plaza del Ayuntamiento (no estaba porque se lesionó), cuando me contaron lo que pasó, fue un gesto que no entendí cómo no se llegó a celebrar un título. No estaba en contra de Marchena y Baraja, me refiero que nadie en Valencia tenía ganas de celebrarlo". Pero sí hay un día triste de Moretti fue el partido de vuelta de la Supercopa en el Bernabéu.

"Lo pasé mal, me sentí responsable porque pude hacerlo mejor. Yo soy una persona que siempre intenta dar el máximo y me comí la cabeza. Las críticas llegaron y no hay ningún problema, muchas veces estoy de acuerdo con ellas, pero hubo críticas que no fueron correctas y me hicieron daño. Hay críticas que las entiendo pero otras faltan al respeto". Le llegaron críticas por sus pocas apariciones a nivel ofensivo y por su manera de defender, sin encimar al contrario y dejando espacio a Robben para pensar. "Me podéis sacar muchos defectos y a lo mejor algo bueno. Todas las mañanas me levanto contento porque sé que el míster confía en mí, con todos los defectos y las pocas cualidades que tengo termino jugando, algo querrá decir esto, ¿no?. A mí las críticas no me fastidian. Que Robben me gane corriendo no es noticia, me fastidia que si Robben le gana a Moretti, el que es malo es Moretti y si Robben le gana a otro, el bueno es Robben".

Además, sorprendió que el técnico ché Unai Emery viendo el vendaval que se le venía encima a Moretti no tomara la decisión de ponerle a un compañero al lado para ayudarle. "Las ayudas vienen bien, pero no es una obligación para un interior, es una cosa del técnico. Para los defensas no hay un partido bonito, son guerras que tenemos que tener, no mandas tú manda el delantero".

Y dos nombres salieron en cima de la mesa: Carletto y Maduro. La llegada del brasileño Thiago Carletto no le ha quitado el sueño, sabe que deberá seguir trabajando como hasta ahora, aunque dejó entre líneas que se debió reforzar otras posiciones. "Ha sido una oportunidad de mercado que se le abrió al Valencia, aunque es otro lateral más y a lo mejor hubiera sido más importante". Por su parte, Maduro se ha ganado la confianza de Emery en el centro de la zaga, un puesto que Moretti conoce mejor que el holandés. "Lo está haciendo bien, Emery me preguntó si podía contar conmigo de central y le dije que sí. Me gusta mucho, empecé jugando ahí y quiero terminar mi carrera deportiva jugando ahí. Me miro en Maldini, es mi ejemplo".

Destacó el cambio de rumbo que Unai Emery le ha dado no sólo al equipo, sino a la forma de entender el fútbol del Valencia. Aunque a nivel social ya no existe tanta tensión, preocupa la situación económica, pero Moretti confía plenamente en la palabra de Soriano. "Tengo mucha confianza en el presidente, ha cumplido todo y no nos ha faltado nada, nos pagan y vivimos como otros años. Confío en el presidente, no tengo ningún motivo para desconfiar. El club sigue funcionando perfectamente". Por último, el defensa italiano afirmó que le gustaría retirarse en el Valencia aunque siente morriña por volver a su tierra. "No lo tengo claro, pero me ilusiona retirarme aquí. Me gustaría hacerlo porque el Valencia es un club importante en mi vida, pero claro también me llama volver a Italia. Pero bueno estoy bien aquí y siempre se me ha pasado por la cabeza retirarme aquí".