El Sevilla prepara la final ante el Valencia

El Sevilla ha detectado la posibilidad de arreglar en la Copa lo que se torció el año pasado y el intolerable tropiezo en la UEFA. Los cruces de las semifinales invitan a soñar. Y el primer duelo ante el Valencia descubrió que el conjunto de Emery es destruible, pese a los errores que escaparon la sentencia.

La vuelta en Nervión ya tiene hora. Una vez más, La Sexta no dejará pasar una oferta televisiva tan interesante. El encuentro se jugará, definitivamente, el próximo jueves a las 22:00 horas. Restan sólo siete días para la gran final de este año.

El club, obviamente, ha entendido que deberá darle al partido tratamiento de cita especial. La última gran noche que se vivió en Nervión fue ante el Fenerbahçe. Curiosamente, aquella noche el Sevilla también tenía que remontar un 3-2 de la ida. En el viaje de regreso a Sevilla, en la expedición se comentó la maldita coincidencia con ese mal recuerdo. Con la ilusión de que la historia no se repita. El equipo entiende que la eliminación del Valencia supondría plantarse, prácticamente, en la final. Del Nido es de esa opinión, de ahí que ya haya activado las primeras medidas para convertir el Sánchez Pizjuán en un infierno. A principios de la semana próxima, el presidente volverá ante los medios después de un largo silencio. Será entonces cuando tire de su discurso más racial. Pedirá a la afición que acompañe "en volandillas" al equipo hasta el estadio y que reviente Nervión. Para ello, los dirigentes han decidido sacar a la venta entradas a precios populares.

El Valencia no ha perdido el tiempo y Emery y Fernando Colomer, vicepresidente, jugaron en la noche del miércoles al poli bueno y el poli malo con el árbitro. El técnico se mostró comprensivo con Undiano Mallenco. Fernando lo atacó. De fondo, marcan una evidente presión para la vuelta.

En los despachos nervionenses no ha sido bien recibida esta estrategia. Por eso Del Nido marcará su plan la semana próxima, con el objetivo de no dejar suelto ni un solo cabo. La Copa permitiría a la afición sevillista soñar con repetir recientes logros, después de mantener discrepancias con el juego del equipo. Una buena oportunidad para la reconciliación. El club ya prepara una gran noche.