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Liga BBVA | Racing

Sin acuerdo entre Juanjo y el club sobre su cesión

Su agente llegó a plantear la concesión de la carta de libertad

<b>AÑO DURO.</b> Pese a empezar la temporada jugando con asiduidad, el ejercicio se le está complicando al delantero de Ontaneda.

Tres equipos de Segunda, Salamanca, Alavés y Eibar, quieren a toda costa reforzar su equipo con la cesión de Juanjo. El problema es que ninguno de los tres está en condiciones de hacer un gran desembolso económico y ese, el dinero, parece que es ahora el gran problema.

Después de que Juanjo diera el paso de pedir a Muñiz que le ayudara a salir cedido para poder jugar minutos, parecía que la solución del caso (habiendo como hay varios equipos interesados) sería fácil una vez que el Racing entendió que la actitud del público de El Sardinero (una parte notable, al menos) hacía recomendable que el de Ontaneda se liberara de presión, jugara minutos y creciera como futbolista lejos de Santander.

Vil metal. Las diferencias económicas, sin embargo, hicieron que naufragara absolutamente la reunión que ayer por la mañana tuvieron en el despacho presidencial de los Campos de Sport Francisco Pernía, Roberto Bedoya y el representante del jugador, Fermín Gutiérrez.

Ambas partes, cosa lógica por otra parte, intentan que en la operación, además del componente puramente deportivo, haya un beneficio económico que redunde a su favor. Y, claro, la economía de los tres aspirantes a la cesión (Salamanca, Alavés y Eibar) no da como para que gane dinero tanto el club como el jugador.

Pernía y Roberto Bedoya plantearon a Fermín Gutiérrez que lo lógico es que el club se ahorre una parte significativa del contrato del jugador mientras que el agente del delantero pretende que el beneficiado por el desembolso del equipo de Segunda sea su representado.

Con la reunión atascada en las respectivas posturas, Fermín Gutiérrez planteó la posibilidad de que el Racing concediera a Juanjo la carta de libertad (le quedan dos años y medio de contrato), ahorrándose así el club cerca de 600.000 euros. Los dirigentes racinguistas se negaron siquiera a considerar la propuesta, así como a la siguiente petición: fijar un precio por un posible traspaso. La cita se cerró sin acuerdo y, lo que es peor, con un ambiente de cierta crispación entre ambas partes.