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Liga Adelante | Albacete 0 - Hércules 3

Reacción de campeón

Aguilar, Tote y Farinós rubrican un partido completo del Hércules

<b>VICTORIA CONTUNDENTE. </b>Morán, Delibasic, Paz, Tote, Aguilar y Sergio celebran el primer gol conseguido ante el Albacete.
VICTORIA CONTUNDENTE. Morán, Delibasic, Paz, Tote, Aguilar y Sergio celebran el primer gol conseguido ante el Albacete.r. gráfico: fito gonzález y josema moreno

Decía Mandiá en la previa que no se le podía pedir más al equipo porque sólo le creaban dos o tres ocasiones por partido. No hizo falta pedirlo. El engranaje defensivo blanquiazul concedió ayer media oportunidad, como mucho, al Albacete. Diego Costa, el mejor de los locales, acabó desquiciado ante la superioridad manifiesta del Hércules. A partir de la defensa, creció el Hércules, tal y como le gusta a Mandiá. El gol de Aguilar abrió la lata, el de Tote hundió cualquier atisbó de reacción manchega y el de Farinós redondeó un marcador que devolvió la euforia a una afición que empezaba a dudar tras dos derrotas consecutivas.

El Hércules se volvió a poner en el Carlos Belmonte el traje de oficinista eficaz en la primera mitad y el chaqué de gala, en la segunda. Nada de nervios y de motivaciones especiales, como pasó en el derbi. Los de Mandiá salieron al césped como cualquier ciudadano de a pie que va a su trabajo. El trabajador coge el autobús trabaja y se va a casa con el deber cumplido. Trasladado al ámbito futbolístico, el Hércules viajó, aplastó al Albacete y volvió con la satisfacción de saberse otra vez entre los de arriba.

De entrada, el Alba adelantó las líneas presionando a muerte la salida de balón de Paz y Sergio. Sin embargo, una vez superado este trámite la autopista hacia el cielo blanquiazul era clara y meridiana. Tote, Morán y Tuni eran cuchillos manchegos ante la dudosa zaga del Albacete. Sin embargo, el pase definitivo siempre le caía al malorquín, el menos fino de los tres.

Así que como el gol no llegaba en jugada trenzada tuvo que hacerlo a balón parado. La mejor aliada de Mandiá volvió a aparecer: la estrategia. En un córner botado por Farinós, Abel Aguilar remató sólo desde el corazón del área. Demasiada ventaja para un consumado especialista en el juego aéreo. La esquina de los aficionados del Hércules estalló.

Una vez hecho lo más difícil los alicantinos se concentraron en no ceder ninguna ocasión de gol. Y a fe que lo consiguieron. En la primera parte lo lograron a pesar de que en la delantera manchega habitaba Diego Costa, un peligro constante para cualquier defensa que acabó bajando al centro del campo para tocar el balón. El brasileño lo intentó en la primera mitad y luego, ni la olió.

El único apretón del Alba llegó en los primeros cinco minutos de la reanudación. Pero Tote se encargó de cortarlo de raíz con un gol cargado de fe y calidad. El madrileño luchó un balón con Trotta, el esférico le favoreció y solo ante Jonathan le batió por bajo. A partir de ahí, el Alba fue un quiero y no puedo y el Hércules, a la contra, pudo redondear un marcador de escándalo. Deli, a la tercera que le derribaban cuando se iba, forzó el penalti. Farinós lo transformó.